El cantautor argentino festejó los 20 años del álbum «Esta mañana y otros cuentos» ante el cariño de su propia madre y la presencia del intendente de Rosario
Coti demostró que la conexión con el público rosarino es única. En el regreso a la ciudad festejando las dos décadas del lanzamiento de su álbum “Esta Mañana y Otros Cuentos”, el artista brindó un show de más de dos horas que tuvo momentos de intimidad, alegría, energía y hasta el ritmo de la cumbia santafesina.
El artista abrió la noche bien arriba con “Mar de gente”, “Mis planes” y “Otra vez” con un sonido impecable y su inconfundible voz al frente, clara y sin forzar. La emoción se hizo presente desde temprano empezando por la presentación Los Brillantes, su entrañable banda. Las transiciones entre temas, el diálogo con el público y los coros fluyeron sin tropiezos.
La noche continuó con un ida y vuelta de Coti a sus fans, hubo tiempo para balanceo de brazos sincronizados como una coreografía en “Andar conmigo” y “Luz de día”. Dentro del repertorio hubo reversiones y lanzamientos con “Últimamente” y “Uruguay”, que será parte del nuevo disco que en dos semanas verá la luz. Jugando de local a través de la cumbia puso a la sala de pie con “El embrujo” y el guiño a los sonidos santafesinos.
Sorokin tuvo su momento íntimo con “Tu nombre” en un pasaje que se vivió casi «a capella» silencio en sala, la respiración haciéndose protagonista en el estribillo y la presencia delicada de su voz. Con un guiño a la tribuna femenina antes de «50 horas» se empezó a transitar a la última parte del show. En «Antes que ver el sol» ya la energía estaba a tope con la conexión creada en la sala entre Coti y el público, el clima perfecto para agradecer y despedirse bien arriba y al unísono con «Nada fue un error«.