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Correr y escribir: sensaciones de un hombre común


Rodrigo Miranda es rosarino. Participa en competencias de triatlón, corre maratones, es guardavidas y además se volcó a la escritura. En diálogo con CLG contó detalles de "Cruzar el arco"

Rodrigo Miranda es rosarino. Participa en competencias de triatlón, corre maratones, es guardavidas y además se volcó a la escritura. En diálogo con CLG contó detalles de «Cruzar el arco»

Por Ariel Gómez

El rosarino Rodrigo Miranda es triatleta, maratonista, profesor de Educación Física y guardavidas. Corrió, entre otras carreras, cuatro Ironman, diez maratones y ocho half Ironman. Y todas esas experiencias y sensaciones las volcó en “Cruzar el arco”, un libro de relatos en clave personal, y editado por Patas de Cabra.

“Hubo varios disparadores. Uno fue la muerte de mi viejo, que me iba a ver en cada arco de llegada en Rosario. Hasta que hubo una carrera en la que no estuvo más. Otro fue que leo bastantes libros de running, de motivación de grandes deportistas que hacen hazañas, y la verdad, no me llegaban mucho. Me contaban lo que hacían, lo que lograban, pero no lo que sentían”, afirma en diálogo con CLG, contando sobre la génesis de la obra.

Su acercamiento a los libros con temática deportiva decantó en que, a través de un conocido, llegara a sus manos “Open”, la autobiografía de Andre Agassi, ex número uno de tenis mundial. “Sentí que ese era un formato que me gustaba. Y comencé a escribir, pero me lo guardaba”. Hasta que un día decidió dar un paso más y llegó a Maia Morosano, docente, escritora, editora de Patas de Cabra y coordinadora de uno de los talleres literarios más importantes de la ciudad. “Le mostré algunos de los materiales que tenía y me dijo que si los trabajaba podía llegar al libro. Y trabajamos mucho corrigiendo y escribiendo”.

Su amor por correr tomó fuerza por cuestiones de salud. Tras un chequeo médico, fue advertido por su alto colesterol. “Fui al médico y me dijo que si no hacía algo estaba jodido. Tenía 35 años. Me puse en campaña con una dieta y ejercicios, estaba terminando el profesorado de Educación Física, y comencé a aplicar lo poco que sabía”.

Tras esas experiencias al límite con el cuerpo, Miranda comenzó otro tipo de carrera, la de escribir su propio libro, la de asumir el desafío de la narrativa. “Lo empecé de atrás hacia adelante, porque escribí sobre una de las últimas carreras. Y después fue todo un racconto, empezando con un capítulo que se llama Bizcochos, que trata sobre mi primera carrera de 42 km”. Sobre el tiempo que le llevó el libro, sostiene que fueron “siete años de carreras y seis meses de escritura”.

Por momentos el libro, con una narrativa simple, sostiene momentos de vértigo, y en otros, la tranquilidad de un “regenerativo”. Una combinación de “Correr o morir” de Killian Jornet, corredor y aventurero catalán, y Haruki Murakami, escritor japonés, autor del genial “De qué hablo cuando hablo de correr”. Está dividido en diez capítulos, en los que repasa su primera e impensada primera maratón. O su preparación para correr el Ironman de Cozumel, en lo que fue su debut en esa clase de competencias, y hasta un diálogo imaginario entre Ruterita y Pura Sangre, sus dos bicicletas.

No está apuntado solo a los runners o triatletas, “sino a cualquier persona que esté interesada, de la misma manera que pueden ir a un parque y realizar actividad física”, que sea un libro de experiencias, que cuente lo que le pasa al corredor de calle común.

“La idea es transmitir el camino, lo que va pasando en el recorrido, mis sensaciones, y dejar un poco de lado el resultado, el número. Siempre hay más derrotas que victorias, y quiero que la gente se vea reflejada. Cada persona tiene su éxito. Para algunos es clasificarse a algún mundial determinado; para mí, es el camino que recorremos”.

“También hablo del entrenamiento intuitivo, que es el sentirse, verse, evaluarse. En los entrenamientos a veces se escucha que alguien dice que le fue mal porque no llegó a tal tiempo. A lo mejor ese día no era el mejor para hacer determinado tiempo, y no por eso va a ser un fracaso, o te va a ir mal. Yo no clasifiqué a ningún lado ni fui a ningún campeonato del mundo; parece que esta clase de libros los escriben los ganadores o los que tienen éxitos, y este es para todos, que la gente se sienta identificada”, sostiene el autor.