Opinión

Coronavirus, un desafío para la lucha contra la discriminación racial


Por Rocio Maciel, politóloga (UBA) y directora de Derechos Humanos de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El racismo se ha desatado desde el inicio de la pandemia. Las crisis pueden ser excusas perfectas para sacar a relucir la xenofobia y el nacionalismo intrínsecos en gran parte de nuestra sociedad. Es por ello que la comunidad chino-argentina ha decidido decir basta y se ha unido a las comunidades de otros países bajo el hashtag #NoSoyUnVirus para contar en redes sociales todos esos gestos racistas que soportan por el mero hecho de ser chinos.

Así es que los delitos de odio y los ataques a las personas de origen asiático se han multiplicado. Los ciudadanos asiáticos en todo el mundo se han visto tan afectados que han tenido que alzar la voz e insistir con diferentes campañas. Estos ataques han abarcado desde insultos de odio, pasando por la negación de servicios hasta actos brutales de violencia. Muchos consideran que por el simple hecho de ser chino (o parecerlo), ya hay riesgo de contagio.

Pocos días después de que la OMS declarará al Covid 19 como una pandemia global y en la semana en que se conmemoraba a nivel internacional el Día para la Eliminación de la Discriminación Racial, el presidente Donald Trump había encontrado un nuevo objetivo para dar rienda suelta a su racismo: los chinos. No tuvo ningún problema con que un funcionario de la Casa Blanca se refiriera al coronavirus como «gripe china». Dicho comentario se realizó a la periodista de origen asiático Weijia Jiangue quien no dudó en publicar lo sucedido en Twitter, lo que ocasionó toda una revolución entre sus seguidores.

Argentina no está exceptuada de lo que sucede en el mundo, también en las redes sociales se encuentran igual cantidad de contenidos racistas y xenófobos que en otros países. Recientemente, el Inadi informó que aumentaron un 45 % las denuncias por racismo a personas de origen asiático y registró que 1 de cada 10 denuncias se vinculan con la nacionalidad. Por ejemplo, se detectó que hubo impedimentos en cadenas mayoristas para que ingresen sus clientes que son dueños de supermercados chinos.

Si bien en nuestro país contamos con un marco normativo amplio para hacerle frente a la discriminación y la xenofobia, es central que los organismos estatales como el Inadi, que llevan adelante políticas públicas, tengan un rol presente y activo.

Es igual de importante que las personas y comunidades afectadas tengan presente los recursos con los que cuentan en estas circunstancias, por eso es esencial que el Estado aumente las campañas de concientización y que la problemática no sea ignorada.

Asimismo, son fundamentales las herramientas que den una respuesta efectiva a estas situaciones, como la Ley 5.261 de la Ciudad de Buenos Aires, un ejemplo de avanzada porque establece la carga dinámica de la prueba para la protección de las personas vulneradas. La carga dinámica nos permite entender la asimétrica relación de poder presente entre el sujeto discriminador y la víctima o discriminado, y la imposibilidad del segundo de contar con los medios necesarios para probar el acto discriminatorio.

Hoy se torna necesaria la sanción de una Ley Antidiscriminatoria actualizada a nivel nacional, que contemple la asimetría de poder entre grupos vulnerados y los agresores.

Es urgente que, entre todos los actores comprometidos y con responsabilidad en la defensa de los derechos humanos, trabajemos en un concepto holístico de salud y bienestar, libre de racismo y xenofobia que fomente la interculturalidad. El objetivo es alcanzar un proceso de diálogo enriquecedor de conocimientos y valores entre poblaciones culturalmente diversas que propicie el reconocimiento y el respeto hacia tales diferencias.