La falta de conciencia social y la carencia de controles por parte del Estado provocaron un incremento descontrolado de los casos
Mientras las imágenes de personas amontonadas en parques y bares de la ciudad se repetían a diario en los últimos días, desde CLG y otros medios de comunicación se insistía la importancia del distanciamiento social, el autocontrol e incluso la cuarentena en los esfuerzos de contención del coronavirus. Sin embargo, poco efecto hizo en la comunidad y los resultados están a la vista: incremento de casos, vuelta de la circulación comunitaria y suspensión de encuentros afectivos por 14 días.
Para no sufrir consecuencias trágicas como se ven en otras partes del mundo, debemos asegurarnos de que aprendimos la lección como sociedad, de ponernos en el lugar del otro y de ser solidarios, algo que hoy no parece posible, y que esta crisis sea un punto de inflexión para las preparaciones frente a emergencias sanitarias y las inversiones en servicios públicos esenciales en el siglo XXI (este jueves se cumplen 22 días seguidos sin servicio de transporte).
Teniendo en cuenta este contexto complejo principalmente para los sectores más vulnerables, urge la realización de testeos masivos. Mientras más precozmente podamos detectarlos, con más velocidad se puede actuar y “apagar” los focos, evitando que progresen, muchos y de manera simultánea.
Es necesario comprender que los casos van a crecer, pero lo importante es contenerlos a tiempo para no sobrepasar la capacidad de respuesta del sistema sanitario, para cuidar también al expuesta personal de salud, a la espera de que la ciencia nos proporcione una vacuna o posibles tratamientos.
¿Qué es la circulación comunitaria?
Es el momento en el que ya no es factible relacionar los casos confirmados de personas contagiadas a partir de un caso conocido y a lo largo de una cadena de transmisión. Es decir que hay transmisión comunitaria cuando el virus circula (o comienza a hacerlo) libremente en la sociedad, sin que sea posible identificar cuándo, cómo y a partir de qué las personas están transmitiendo el virus y contagiándose entre sí.
Todos comenzamos a estar en mayor riesgo. ¿Por qué? Porque cuando los casos son importados es factible aislar a la persona contagiada y a aquellos con quienes tuvo un contacto estrecho; hasta es posible identificar a los contactos secundarios. Pero cuando el virus circula libremente en la sociedad ya no hay posibilidad de aislar a los contagiados. Se pierde la posibilidad de identificar y mantener en cuarentena a quienes aún no tienen un diagnóstico confirmatorio de enfermedad.