Opinión

Coronavirus fatal: ¿la culpa la tienen los mamíferos voladores?


Por Carlos Duclos

Por Carlos Duclos

Sin que las fronteras le impidan el paso, el Coronavirus avanza en todo el mundo. No se ha logrado aún frenar esta arremetida ni desarrollar una vacuna, y no obstante que algunos sectores pretenden apaciguar el justificado temor, lo cierto es que hay indicios claros de que la situación preocupa hasta los grandes líderes mundiales. Donald Trump puso al frente de las acciones para prevenir y combatir la enfermedad a su propio vicepresidente y los gobiernos europeos han adoptado medidas severas. El Papa está recluido en Santa Marta (¿en cuarentena?), el ex embajador de Irán en el Vaticano, Seyyed Hadikhosroshahi, ha muerto y la vicepresidenta de ese país está infectada. Lo cierto es que la lista de muertos e infectados es solo eso, una lista, por cuanto la cantidad de decesos y enfermos está bajo la lupa de la sospecha.

En todo este marco la información veraz se retacea, y se ha procurado grotescamente echarle la culpa de esta ola de virus, que corre por todo el planeta, a los murciélagos. Pero algunos, tildados de paranoicos o conspiradores, recuerdan que la biología también está al servicio de la guerra y el exterminio humano, y que varias potencias han desarrollado bacterias y virus capaces de causar estragos.

Puede que sea una casualidad, o solo una idea conspirativa, pero hay quienes recuerdan que el coronavirus aparece en el mundo, con esta virulencia, justo cuando dos principales potencias mundiales (Estados Unidos y China) están embarcadas en una proverbial guerra comercial. Pero no es solo eso, el profesor y creador de la Ley contra el terrorismo y armas biológicas, Francis Boyle, ha dicho sin vueltas que «2019 Wuhan Coronavirus es un arma ofensiva de guerra biológica». Boyle es especialista de la Universidad de Illinois y fue más allá en una reciente entrevista: sostuvo que «la Organización Mundial de Salud (OMS) sabe perfectamente qué es lo que está pasando en Wuhan».

¿Qué está pasando en Wuhan?

El mundo celebró hace pocos días la construcción de un mega hospital en China para combatir el Coronavirus en apenas unos días. Lo que mucha gente desconoce, porque los grandes medios ocultan o no le dan importancia, es que en Wuhan, una ciudad habitada por más de 11 millones de personas, funciona desde hace más de 15 años uno de los laboratorios biológicos del máximo nivel de bioseguridad, Wuhan BSL-4, perteneciente al Instituto de Virología de Wuhan, que experimenta con agentes biológicos peligrosísimos que representan un alto riesgo individual de contagio.

El hecho es que los chinos en estos no están solos, sino que el laboratorio, donde se manipulan bacterias y virus de alto riesgo, cuenta con el seguimiento de la Organización Mundial de la Salud y tienen acceso a él virólogos norteamericanos, ingleses y canadienses.

La revista Sputnik News ha dicho en un interesante artículo de la periodista Vicky Peláez que ha habido investigaciones científicas en Wuhan “financiada tanto por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China como la USAID (colaboradora abierta de la CIA) y el Instituto Nacional de Salud de EEUU, que siempre compartió información sobre los avances en la investigación sobre enfermedades infecciosas y armas biológicas con el Pentágono”.

Claro, cuando algunos medios o periodistas salen a cuestionar la teoría del pobre murciélago, que de eficaz y necesario auxiliar del ecosistema pasa a ser vil verdugo de la humanidad, un poder inmenso los acalla de diversas formas ¿Alguien sabe acaso lo que dijo la periodista de investigación búlgara Dilyana Gaytanjieva? Pues bien, ella denunció hace dos años que «el Pentágono está desarrollando virus mortales en 25 países a través del Programa de Cooperación Biológica haciendo hincapié especialmente en desarrollo de insectos asesinos». Cosa de locos, dice el poder.

El negocio de los laboratorios

Y todo esto sin entrar a considerar la otra faceta del asunto, el fenomenal negocio de los laboratorios, que mueven cientos de miles de millones de dólares y es el principal comercio luego de las armas junto con el narcotráfico.

Que China y otros países manipulan material biológico peligroso no es novedad. Ya en el año 2013 la agencia de noticias rusa, Rusia Today, lanzó advertencias sobre las investigaciones que se realizaban con fines pocos claros (ver video de esa época al pie de esta nota).

Tampoco se puede descuidar el claro hecho de que los grandes centros de poder económicos están preocupados por el crecimiento demográficos y aplican de todas formas posibles programas de control de la natalidad. Programas que emanan de un solo y poderoso cerebro, pero que ejecutan dos brazos (izquierdo y derecho) que, ¡oh casualidad!, se encuentran en un punto.

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