La asociación Siembra y Cosecha realiza un trabajo social desde hace años en Villa Banana. En diálogo con CLG, describieron cómo se vive la pandemia en esta zona de la ciudad y reiteraron el pedido de colaboración
Por Diego Carballido
La llegada de la pandemia de coronavirus en los barrios populares vino a acrecentar aquellas necesidades que ya estaban presentes, desde antes de que el coronavirus se convirtiera en una amenaza, pero también la solidaridad y el apoyo de los vecinos para hacer frente a las dificultades.
En Villa Banana, puntualmente, a las familias que solían recibir una asistencia por las organizaciones que funcionan en la zona, se les sumaron también las personas que están perdiendo su empleo por la ausencia de las “changas” que solían tener, y que eran su principal sustento. Lo que aumenta el trabajo de las organizaciones del lugar que ayudan a quienes más lo necesitan.
Liliana Sánchez, referente de la asociación Siembre y Cosecha, una organización de voluntarios que brinda contención en el barrio, dialogó con CLG y contó detalles de cómo viven estos días de aislamiento y pandemia. «Estamos muy complicados porque se han sumado, desde el comienzo de la cuarentena, alrededor de 300 familias que vienen a buscar un plato de comida. Entre ellas hay personas que han tenido toda la vida un trabajo y se han venido abajo», relató la mujer.
«No damos abasto y siempre queda gente a la que no podemos ayudar», detalló con preocupación Sánchez y agregó que en el último tiempo observan que «hay personas que tienen hasta vergüenza de venir a pedir, porque han trabajado toda la vida».
«Con los ojos llenos de lágrimas, se ofrecen a ayudarnos para poder llevarse a cambio un plato de comida para sus familias», explicó la mujer sobre la realidad que atraviesan muchos vecinos de Villa Banana y alrededores.
«Es muy doloroso, pero esta pandemia nos ha afectado a todos», esgrimió la referente de Siembra y Cosecha, una asociación que funciona en Río de Janeiro 2645, y que comenzó como un merendero para luego convertirse en un espacio que brinda apoyo escolar y hasta donde se llegó a inaugurar una biblioteca, a mediados del año pasado.
A lo largo de la charla, Sánchez compartió cómo, a pesar de las necesidades, también en el barrio afloran sentimientos de colaboración y solidaridad entre los mismo vecinos para hacer frente a las dificultades que se presentan a diario. «Entre todos juntamos un poco de plata y le compramos una máquina de cortar pasto a un vecino para que pueda hacer unas changas y, por medio de una Fundación, conseguimos una máquina de coser a una vecina que ahora está haciendo trabajos para la gente del barrio», detalló.
«Estamos tratando de organizarnos y ayudar a la gente para que tengan otra opción en medio de esta pandemia», agregó.
«Tratamos de articular la solidaridad para que no haya hambre en el barrio», aseguró Sánchez y explicó que están incentivando a realizar las compras a los emprendedores de la zona para fomentar el trabajo de los mismos vecinos.
«Acá hacen falta siempre alimentos y elementos de limpieza», expresó Liliana e hizo extensivo el pedido de colaboración a todos los que puedan ayudar con la obra de Siembra y Cosecha. «Tenemos que contener y concientizar a la gente que esto todavía no terminó, para poder cuidarnos entre todos», remarcó.
Para colaborar con este espacio, comunicarse al 341-3813269