En consonancia con el #quedateencasa, la ONG Meraki que ayuda a los vecinos del barrio de zona sur inició una campaña de donación de alimentos desde cada hogar. Enterate cómo ayudar
Por Gonzalo Santamaría
El coronavirus tiene la atención de la sociedad y atenta contra distintas actividades, pero no pudo contra el trabajo solidario de Rosario. Y en el barrio 17 de Agosto tiene a su exponente con la ONG Meraki, que propuso una campaña para donar alimentos a los vecinos del barrio de zona sur.
La iniciativa comprende que cada hogar, y apoyando el #quedateencasa, pueda donar pizzas, sándwiches o panchos, que son de fácil preparación y allí interviene la ONG para buscar los alimentos y llevarlos a los chicos del barrio. “La idea es brindarle un alimento más fuerte a las personas de allá, porque muchas viven de la changa y con la cuarentena no pueden salir”, explicó Noelia Mastrizzo presidenta de Meraki a CLG.
Para realizar estas donaciones se pueden contactar con las redes del grupo solidario, tanto en Facebook como en Instagram, además también está disponible el 341-5485989.
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En consonancia, Brenda Suárez Pavia, otra de las integrantes de la ONG y encargada de la comunicación, sostuvo: “Entendemos que es necesario y fundamental que la gente se siga alimentando dignamente. Es de total sentido común que si no recibimos alimentos, nuestras defensas bajan y por ende estamos más expuestos a contraer cualquier tipo de enfermedad”.
Mastrizzo remarcó que ya empezaron a recibir donaciones y la gente se sumó rápidamente. “Eso nos pone sumamente felices y esperamos que la gente nos siga llamando”, expresó y reveló que uno de los contactos fue de Claudia, quien se dispuso a donar barbijos para que el grupo pueda cumplir con todos los requisitos de la seguridad sanitaria que se debe tener ante la pandemia. “Se formó una cadena hermosa de gente que quiere trabajar en conjunto”, manifestó Noelia.
Para Noelia y la ONG tanto el gobierno nacional y provincial respondieron de manera efectiva ante el Covid-19 al aplicar medidas “inevitables” para evitar la propagación del virus. “Esto se instaló en un contexto complejo”, puntualizó e hizo hincapié en la campaña de “#quedateencasa”: “Por eso como ONG tomamos la decisión moral de acatar estas medidas y hacerle frente a las demandas sociales, nos sentimos comprometidos a ayudar a la sociedad”.
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Con el permiso correspondiente que le habilitó el gobierno nacional, Meraki sigue combatiendo la necesidad social-alimentaria. “Está creciendo por la situación en sí”, comentó la presidenta del grupo.
Brenda, la encargada de la prensa, acompañó las palabras de su compañera y destacó el “compromiso” del 17 de Agosto: “Nos trasladan las necesidades para que podamos seguir siendo ese puente que los ayuda a vivir mejor”.
El último relevamiento, antes del aislamiento social, expuso que 250 chicos son atendidos por Meraki en el comedor que está en el club del barrio. “Crece la cantidad todas las semanas”, se lamentó Noelia y recordó como en los últimos días también se acercaban mujeres embarazadas o adultos mayores. “La idea primera del grupo era ayudar a los chicos, pero no le podemos negar alimentarse a estas personas”, resolvió y rápidamente añadió: “Tenemos el compromiso moral de no abandonar a la gente del barrio, porque las personas que asisten a retirar la comida, además de la necesidad de comer, quieren ser escuchadas”.
Allí nuevamente intervino Suárez Pavia y a las palabras de Mastrizzo le sumó: “Necesitan un oído, ser entendidos para poder expresar lo que están pasando”.
Cuando todos estos procesos suceden, Meraki comienza a accionar sobre las problemáticas del barrio de zona sur. “Como ONG también abordamos las problemáticas que nos traen; las mujeres, por ejemplo, hablan mucho de sus hijos o nietos en situación de vulnerabilidad, con la delincuencia o la droga de por medio”, relató Noelia a CLG.
Por eso Meraki abordó el barrio, y como comentaron sus integrantes, fueron recibidos de la mejor manera. Ahora con una colecta de alimentos por la cuarentena, pero también con campañas de donación de libros escolares o la integración social de vecinos de la periferia de Rosario.