El país se convirtió en el único con más de 15 millones de casos de coronavirus, tras sumar 1 millón en cinco días
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, prometió hoy 100 millones de vacunas contra el coronavirus en los primeros 100 días de su Gobierno, mientras que el saliente, Donald Trump, anunció un decreto para «priorizar» a los ciudadanos la entrega de dosis de producción nacional, en una nueva puja sobre el plan para combatir la pandemia que superó hoy los 15 millones de casos en el país.
En conferencias realizadas casi en simultáneo, el demócrata advirtió que si el Congreso no llega rápidamente a un acuerdo financiero para combatir la pandemia, la campaña de vacunación contra el coronavirus puede ralentizarse o incluso detenerse.
«Sin una acción urgente del Congreso este mes, existe una posibilidad real de que luego de una campaña inicial de vacunación, estos esfuerzos se desaceleren y se detengan», dijo el demócrata citado por la agencia de noticias AFP.
Biden, de 78 años, hizo estas declaraciones al presentar a su futuro secretario de Salud, el hispano Xavier Becerra (el primer latino en ocupar ese cargo), y al equipo que será responsable de la lucha contra la Covid-19 cuando suceda a Trump el 20 de enero.
El presidente electo prometió seguir tres ejes principales para enfrentar la pandemia, determinados en consulta con el destacado experto en enfermedades infecciosas, el doctor Anthony Fauci, quien será su principal asesor sobre la crisis sanitaria.
En sus primeros 100 días de Gobierno, Biden dijo que exigirá el uso de tapabocas en lugares en los que tiene autoridad (edificios federales, trenes, aviones y autobuses que proporcionan transporte interestatal), al tiempo que presionará a los gobernadores y alcaldes para que hagan lo mismo.
También dijo que prevé la inoculación de 100 millones de vacunas, prometiendo «la campaña de vacunación más eficaz en la historia de Estados Unidos».
El tercer objetivo de Biden en sus primeros 100 días de mandato será el regreso de los niños a la escuela, algo que consideró una «prioridad nacional». También en este caso, la asistencia financiera del Congreso será crucial.
Trump, por su parte, anunció un decreto «para garantizar que los ciudadanos estadounidenses tengan la prioridad para recibir vacunas estadounidenses».
El texto, que Trump firmó frente a las cámaras durante una «cumbre de vacunas» en la Casa Blanca, no se hizo público de inmediato.
No está claro cómo se aplicaría dado que los fabricantes de vacunas ya firmaron acuerdos con otros países.
Pero la medida sugiere que Estados Unidos está preocupado por una posible escasez de inmunizaciones, cuando prevé inocular a decenas de millones de personas en los próximos meses.
Hay más de 330 millones de estadounidenses y el Gobierno dice que puede cumplir su objetivo de proporcionar una vacuna para todos para abril.
Estados Unidos se convirtió hoy en el único país con más de 15 millones de casos de coronavirus tras sumar 1 millón en cinco días.
Además, la cifra de muertos superó las 285.190, de acuerdo al recuento que realiza la Universidad Johns Hopkins.
El país norteamericano atraviesa ahora su tercer y peor pico de coronavirus, que los expertos atribuyen a que la gente no cumple las recomendaciones sanitarias y a que pasa más tiempo en lugares cerrados por las bajas temperaturas en la antesala del invierno.
El organismo regulador estadounidense (FDA) tiene previsto decidir el jueves si aprueba el uso de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer y BioNTech, que el Reino Unido comenzó a aplicar hoy a su población tras haberla aprobado la semana pasada.
En una noticia alentadora, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) dijo hoy en un informe preliminar que la vacuna de Pfizer y BioNTech no presenta riesgos de seguridad que impidan su autorización.
Desde hace dos meses, numerosos estados volvieron a las restricciones para tratar de evitar un colapso de sus sistemas de salud ante el alarmante aumento de casos en Estados Unidos.
Ayer, California puso a 20 millones de personas bajo confinamiento en el sur del estado, gran parte del Área de la Bahía de San Francisco y una gran franja del Valle Central, donde las unidades de terapia intensiva están al borde de su capacidad.
Las medidas incluyen el cierre de la mayoría de las oficinas, de los bares y peluquerías, así como la prohibición de reuniones y la limitación de la actividad de restaurantes, que solo pueden vender comida para llevar.
Los estados más afectados son California, Texas y Florida, con 1,39 millones de contagios, mientras que Nueva York es el que contabiliza más fallecidos.