El pedido fue elevado por la Facultad de Psicología de la UBA al gobierno nacional y de Capital Federal, ante los trastornos y el malestar que la cuarentena genera en la población
La Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) volvió a reclamar hoy a las autoridades nacionales y de la Capital Federal que los psicólogos sean declarados personal esencial de la salud.
Desde la UBA sostienen que la duración de la cuarentena se asocia con el aumento en el riesgo de padecer trastornos mentales y malestar psicológico en la población, por lo que el pasado 3 de junio, el decano de la Facultad de Psicología, Jorge A. Biglieri, le envió notas al Presidente de la Nación, Alberto Fernández; al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; y al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en donde les solicitó se exceptúe del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) a la práctica de la Psicología.
En un comunicado, la UBA informó que «según lo establecido por la normativa vigente se adjuntó a cada nota una propuesta de Protocolo para la atención en los consultorios, y un modelo de consentimiento para ser completado por el paciente, ambos elaborados por la Facultad».
Además, se completó el envío con el informe elaborado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad sobre los efectos psicológicos de la pandemia y el ASPO.
En la carta enviada a las autoridades se explica que si bien, se han podido adaptar ciertos tratamientos a la modalidad virtual o telefónica, «esto no es posible en una gran cantidad de casos, es decir, que muchos pacientes han tenido que suspender sus tratamientos en medio de un contexto nocivo para la salud mental mientras otros no logran iniciarlo».
Según Biglieri, «hasta el momento, y pese a los pedidos de diferentes sectores y de la propia población que se siente afectada por la situación actual, vemos que las medidas tomadas tanto por el Gobierno Nacional como por los gobiernos de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires no hacen lugar a esta realidad».
Y concluyó: «Este reduccionismo biologicista produce una peligrosa subestimación de los efectos psicológicos y sociales del ASPO».