El organismo indicó que "el apoyo debe mantenerse durante toda la crisis". Hasta el momento, los países realizaron medidas de soporte fiscal "de alrededor de 11 billones de dólares"
El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó este lunes a los países del G20 a mantener las partidas fiscales dispuestas para ayudar a paliar los efectos económicos de la pandemia, ante la continuidad de la amenaza mundial del coronavirus, y a «gastar sabiamente» protegiendo a los sectores más vulnerables.
«El apoyo debe mantenerse durante toda la crisis; una retirada prematura de la ayuda supondría un daño mayor para los medios de vida y aumentaría la probabilidad de quiebras generalizadas, lo que a su vez podría poner en peligro la recuperación», alertó el organismo multilateral en un informe.
En su análisis del «Informe del G20 sobre crecimiento sólido, sostenible, equilibrado e inclusivo», difundido esta tarde, el FMI advirtió que «las cicatrices de la crisis probablemente se volverían mucho más profundas», si se confirman las proyecciones de gasto de los países para el año próximo.
En este sentido, el Fondo Monetario se mostró preocupado con la posibilidad de que los países retiren fuertemente el apoyo fiscal dispuesto en el primer tramo del año para mejorar sus balances en 2021.
Para el organismo multilateral, «las economías deberían resistir el endurecimiento de la política fiscal demasiado pronto y, en cambio, garantizar un apoyo continuo para la atención médica, las personas y las empresas».
Asimismo, «en economías con limitaciones en su capacidad de gasto, se puede justificar una nueva priorización del gasto para proteger a los más vulnerables».
Hasta el momento, los países del G20 proporcionaron medidas de soporte fiscal «en alrededor de 11 billones de dólares, en apoyo necesario a personas, empresas y el sector de la salud desde el inicio de la pandemia», precisó el FMI.
Sin embargo, «gran parte del apoyo fiscal ahora se está reduciendo gradualmente, y muchos beneficios, como transferencias de efectivo a los hogares, pagos de impuestos diferidos o préstamos temporales a empresas, han expirado o están programados para expirar a fines de este año».
En cuanto a la política monetaria, el FMI recomendó que la misma «debería permanecer en general a nivel acomodaticio», debido a la lenta recuperación y al bajo empleo esperados, y a los niveles de inflación estimados por debajo de los objetivos.
«En medio de un convencional espacio de política monetaria, todas las herramientas deben permanecen disponibles para actuar según sea necesario, aunque algunas economías de mercado emergentes tendrían que retirarse algún apoyo para contrarrestar la inflación», señaló el FMI poniendo el foco en algunos países miembro del G20.
También «para los países con exceso de déficit», recomendó «la consolidación fiscal, al tiempo de salvaguardar la producción potencial y mantener sólidas redes de seguridad social, lo que promovería la sostenibilidad de la deuda y reduciría los desequilibrios».
Esto es relevante para varias economías como Argentina, Canadá, Francia, Sudáfrica, Reino Unido, y Estados Unidos, precisó el FMI.
En tanto que, para la política el sector financiero, alentó en general a fomentar la estabilidad y, puntualmente para la Argentina, a «fortalecer la supervisión y la competencia del sector bancario».
El FMI instó además a los países a «garantizar un apoyo adecuado para proteger a los más vulnerables en sociedad», con «el apoyo continuo de las políticas macroeconómicas para limitar el impacto de la crisis del desempleo, y con la garantía sólidas redes de seguridad
De esta forma, el apoyo debería estar «mejor orientado a transferencias sociales y /o a una cobertura más amplia del gasto en protección social (por ejemplo, Argentina, Brasil, Rusia, Arabia Saudita, Turquía) que ayudaría a proteger a los grupos vulnerables»
El Fondo sugirió además a los países complementar la transferencias de efectivo con medidas «contra los mayores precios de la comida», y con programas de obras públicas, «que pueden proporcionar ingresos y experiencia laboral a los trabajadores de bajos ingresos».
En cuanto a la educación, sugirió para la Argentina focalizarse tanto en el nivel como en la eficiencia del gasto. La misma sugerencia resultó ser para Brasil, Francia, India, Indonesia, Italia, Rusia, Turquía, Arabia Saudita, Sudáfrica, Reino Unido, y los Estados Unidos, entre otras medidas.
Por último, llamó a «aprovechar el poder de la tecnología puede mejorar enormemente la inclusión». «Fomentar la digitalización de economías a través de la inversión pública en infraestructura digital facilitaría el acceso a banda ancha e internet en áreas de bajos ingresos, así como a varios servicios (por ejemplo, Argentina, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica, España, Estados Estados», propuso el organismo.
En este sentido, puntualizó en apoyar «la distribución digital de transferencias de efectivo de emergencia, similares a las que se proporcionan en respuesta a la pandemia», ya que permite que los fondos lleguen rápidamente a los necesitados y ayuda a la formalización, culminó.