Así lo indica un estudio publicado en The Lancet realizado con personal de salud de un hospital de Israel
El riesgo de desarrollar síntomas del nuevo coronavirus se reduciría un 85% entre la semana segunda y cuarta después de haber recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNtech, en tanto que el de contagiarse descendería un 75%, según un estudio publicado hoy en The Lancet realizado con personal de salud de un hospital de Israel.
Sin embargo, los investigadores advirtieron que «se necesita un seguimiento más prolongado para evaluar la efectividad a largo plazo de una dosis única».
Se trata de un estudio observacional de tipo retrospectivo con personal de salud en el Centro Médico Sheba, el hospital más grande de Israel.
Al hacer este análisis, los investigadores encontraron que «las reducciones de la tasa ajustada de la enfermedad por Covid-19 fueron del 47% y del 85% durante los días 1 a 14 y los días 15 a 28 después de la primera dosis, respectivamente».
En relación a la tasa de infección (que incluye asintomáticos), «las reducciones fueron del 30% y del 75% durante los días 1-14 y los días 15-28 después de la primera dosis, respectivamente».
En referencia a esto, los propios investigadores advierten que los resultados de reducción de la tasa de infecciones por SARS-CoV-2, que incluyen a los trabajadores sanitarios asintomáticos, «necesitan una mayor validación mediante la vigilancia activa y el muestreo de personas vacunadas y no vacunadas para determinar la reducción real».
Además, señalaron que «las reducciones tempranas de la tasa observadas en los trabajadores sanitarios pueden diferir de la eficacia de la vacuna informada en la población general debido a su mayor riesgo de exposición o a la exposición a cepas más virulentas o infecciosas».
No obstante, indicaron que «las reducciones tempranas de las tasas de Covid-19 brindan apoyo para retrasar la segunda dosis en países que enfrentan escasez de vacunas y recursos escasos, a fin de permitir una mayor cobertura de población con una sola dosis».
Finalmente, los investigadores advirtieron que «se necesita un seguimiento más prolongado para evaluar la efectividad a largo plazo de una dosis única para informar una política de demora de la segunda dosis».