Autoridades crediticias brasileñas redujeron a cero la perspectiva de evolución y así Argentina sufrirá las consecuencias, sobre todo en el rubro automotriz
El Banco Central de Brasil redujo este jueves de 2,2% a 0 la perspectiva de evolución del Producto Bruto prevista para este año, como consecuencia del impacto de la pandemia de coronavirus que obligó a suspender actividades en las principales ciudades.
Según los últimos datos difundidos por el Indec, casi el 20% de las exportaciones argentinas tuvieron como destino Brasil durante febrero último.
El menor crecimiento brasileño impactará sobre su nivel de importaciones, por lo que anticipa un golpe para las perspectivas de ventas argentinas a ese país.
Si la economía brasileña no crece, perjudicará en especial a la industria automotriz argentina.
Brasil es el principal socio de la Argentina en el rubro automotriz, por lo que se espera menor demanda de manufacturas locales.
Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, ya había advertido que la devaluación del real venía impactando sobre las ventas argentinas a Brasil, por la pérdida de competitividad.
Y ahora se suma la oficialización de una meta menor de crecimiento para este 2020, producto del coronavirus, que ya causa un estrago a nivel global.
Analistas indican que la estimación de crecimiento podría volver a bajar una vez que se conozca el impacto total de la pandemia sobre la economía brasileña.
En medio del avance del temible virus, el Ministerio de Hacienda de Brasil había anunciado la puesta en marcha de un paquete financiero por 1,2 billones de reales, junto a medidas de flexibilización laboral, anticipo de montos para jubilados y la entrega de un su bsidio de 200 reales promedio para trabajadores informales.
El congreso brasileño decretó, además, el «Estado de Calamidad» en medio de la pandemia.
El gobierno de Jair Bolsonaro por ahora no aplicó políticas de aislamiento social como las anunciadas por Alberto Fernández en la Argentina.
Sí mantiene una postura de menores restricciones de circulación y suspensión de ciertas actividades, ya que Bolsonaro sostiene que de lo contrario se «afectaría» aún más la economía de la principal potencia sudamericana.
La actitud de Bolsonaro, quien generó polémica al calificar de «gripecita» al altamente contagioso virus Covid-19, abrió una nueva disputa política con los gobernadores de algunos de lo estados con mayor cantidad de casos positivos, como San Pablo y Río de Janeiro.
El prefecto paulista Joao Doria indicó que su distrito mantendrá la suspensión de actividades y la aplicación de la cuarentena preventiva.
«Ya contabilizamos 40 muertos en San Pablo de los 46 que se registraron en el país», advirtió el gobernador.
Doria aclaró que priorizará «salvar vidas, antes de hablar de política y elecciones».