Este viernes el coronavirus golpeó fuerte en Reino Unido al confirmarse el caso positivo de su primer ministro, en Estados Unidos ya son 100.000 contagiados y Francisco rezó con una plaza vacía por el fin de la pandemia
Reino Unido se vio sacudido este viernes con la noticia del contagio por coronavirus de su primer ministro, Boris Johnson, y su titular de Salud, Matt Hancock, mientras que Estados Unidos se consolidó como el foco principal de contagio en el mundo al superar los 100.000 casos de infectados.
La crisis mundial generada por el Covid-19 fue también el centro de atención del papa Francisco, quien este viernes realizó un histórico rezo en soledad en la Plaza San Pedro y pidió el fin de una pandemia con la que, afirmó, «nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados».
«No podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos», dijo el Papa, quien, tras el sermón, impartió la bendición Urbi et Orbi, reservada usualmente para Navidad, Año Nuevo y Pascuas, a casi el millón de personas que siguieron la ceremonia online.
Desde el inicio del brote en China a finales del año pasado, el Covid-19 se expandió a más de 176 países y causó la muerte de casi 27.000 personas y la infección de cerca de 592.000, según datos de la universidad Johns Hopkins.
La pandemia, que llevó a varios gobiernos a tomar medidas de prevención y confinamiento, trastocó además a la economía mundial y, según aseguró hoy la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, «el mundo entró en una recesión», con consecuencias que pueden ser peores que las de la última crisis financiera de 2008.
Fueron varios los países que, en un intento de preservar su salud económica, subestimaron la amenaza del coronavirus y en la región. El caso más notorio sigue siendo Brasil.
El gobierno de Jair Bolsonaro, que ya registró 92 muertos y más de 3.400 infectados, anunció hoy un paquete de ayuda económica para las Pymes de 8.000 millones de dólares, pero sigue sin apoyar medidas de confinamiento y suspensión de actividades, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Increíble la irresponsabilidad de Bolsonaro.
Dice que los brasileños no se contagiarán, que nunca les pasa nada.
Que desgracia que un país con tantos recursos tenga a este ignorante de Presidente. pic.twitter.com/voYmcOtTJX— Carlos Gajardo Pinto (@cgajardop) March 27, 2020
Hoy redobló su ofensiva contra estas políticas que el mundo está adoptando y lanzó una campaña publicitaria para pedirles a los brasileños abandonar la cuarentena y abrir empresas y comercios, en un enfrentamiento abierto y ahora oficial contra los especialistas de salud, gobernadores e intendentes.
En el mundo, en tanto, otro caso que se volvió emblemático es el de Reino Unido.
Tras subestimar la pandemia y rechazar las recomendaciones de la OMS, el primer ministro anunció hoy que dio positivo, al igual que su ministro de Salud, una noticia que se suma a la del príncipe Carlos de Inglaterra esta semana.
Horas después de confirmarse los resultados de Johnson y Hancock, el director médico de Inglaterra y principal asesor del gobierno en salud, Chris Whitty, anunció también que se auto aislará porque comenzó a desarrollar síntomas similares a los del Covid-19.
Todos ellos presentaban síntomas leves, por lo que prometieron continuar con sus tareas recluidos desde sus casas.
Mientras, del otro lado del Atlántico, Estados Unidos se convertía en el primer país del mundo en superar los 100.000 casos de infectados, la mayoría en los estados de Nueva York, California, Florida y Washington.
Además, los muertos ya superan los 1.500.
En pleno aumento exponencial de la curva de contagio, el Congreso estadounidense aprobó por una amplia mayoría un paquete de estímulo fiscal valuado en más de dos billones de dólares, cerca del 10% del PBI nacional, para enfrentar la crisis provocada por la pandemia.
El presidente Donald Trump, impulsor del paquete, promulgó el proyecto de ley poco después.
En tanto, el coronavirus sigue azotando al continente europeo, en especial a Italia y España, donde se produjeron nuevos récords de víctimas mortales pese a un leve descenso en el número de infectados.
En Italia sumó 919 nuevos fallecidos en las últimas 24 horas, la cifra más alta registrada hasta ahora, lo que elevó el saldo a 9.134 muertos desde el 21 de febrero.
El número de contagios, en cambio, fue de 4.401, una leve baja con respecto a los 4.492 informados en la víspera. En total, ya suman más de 70.000.
Pese a estos datos, el gobierno se mostró optimista en que empiezan las «señales claras» de la eficacia de las medidas para reducir los contagios de Covid-19.
España, por su parte, informó hoy que evalúa fortalecer el confinamiento obligatorio y general ya que aún no alcanzaron el pico del contagio.
El endurecimiento de las medidas busca «dar un último empujón para estabilizar la curva de contagios y empezar a descenderla», explicó Fernando Simón, el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias de España.
El número de enfermos por Covid-19 subió hoy hasta 64.059, tras 7.871 nuevos contagios en la última jornada, lo que supone el aumento más bajo desde que se decretó el estado de alarma trece días atrás.
Por el contrario, los fallecidos aumentaron a 4.854, 769 más en un día, la cifra más alta de muertes desde que comenzó la pandemia.
Al igual que en Italia, las autoridades sanitarias españolas insistieron en que los datos sobre la evolución de la pandemia se están estabilizando.
Pese al optimismo en la lucha contra la pandemia en Italia y España, ninguno de sus gobiernos logró ayer conseguir el apoyo de sus socios de la Unión Europea para crear un fondo de ayuda regional para afrontar las repercusiones económicas de la crisis.
Una de las voces que encabezó la negativa fue la del gobierno de Países Bajos.
La canciller española, Arancha González Laya, apuntó hoy contra el ministro de Finanzas de Holanda, Wopke Hoekstra, y le recordó que todos «están juntos en el mismo barco» y que no debe haber «pasajeros de primera o segunda clase».
El primer ministro portugués, António Costa, compartió el repudio de España y calificó de «repugnante» a la sugerencia de Hoekstra de investigar por qué ciertos países no tienen margen presupuestario para afrontar la crisis.