Política y Economía

Elecciones 2019

Córdoba: Schiaretti arrasó y Cambiemos recibió otro cachetazo


Foto: Juan José García / Enviado especial a Córdoba

El actual gobernador cordobés se impuso de manera contundente en las urnas y fue reelecto. Segundo, muy lejos, quedó Mario Negri, de la alianza que representa a Macri

El gobernador peronista de Córdoba, Juan Schiaretti, logró hoy la reelección con un amplio triunfo en las elecciones provinciales, donde casi doblaba en votos a sus dos principales opositores, los radicales Mario Negri y Ramón Mestre, mientras el diputado Martín Llaryora ganó en la ciudad capital y logró que el justicialismo vuelva a administrar el municipio después de una extensa seguidilla de jefes comunales radicales.

Schiaretti derrotó con singular amplitud a Negri y Mestre, aprovechando la ruptura de Cambiemos en la provincia, panorama que se repitió a nivel comunal, especialmente en la ciudad de Córdoba.

Computado el 94 % de los votos emitidos -sobre un padrón de casi tres millones de electores habilitados votó el 72 %-, Schiaretti conseguía 54,04 %, mientras Negri (Córdoba Cambia), quien tenía el apoyo del gobierno nacional, llegaba al 17,78, y tercero quedaba el hasta ahora intendente de Córdoba, Ramón Mestre (h) (UCR), con 10,96 %.

Detrás se ubicaban Aurelio García Elorrio (Encuentro Vecinal Córdoba), con 3,71 y Liliana Olivero (la izquierda del FIT), con 2,60 %.

Durante y después del proceso electoral, que se realizó con normalidad, los principales candidatos pretendieron desnacionalizar las elecciones en la provincia mediterránea y Schiaretti fue uno de los más contundentes cuando al votar exclamó: «Acá en Córdoba los de afuera son de palo».

Schiaretti habló alrededor de las 23 ante sus seguidores en el bunker que montó su partido en un hotel, donde dedicó el triunfo a José Manuel De la Sota, ex gobernador, ex diputado y ex embajador que se mató en un accidente carretero en septiembre del año pasado. También se refirió a De la Sota el electo intendente capitalino.

Este triunfo electoral obtenido es la «mayor diferencia de la historia desde la vuelta de la democracia», resaltó y agregó que «por primera vez desde 1973 que se elige a un dirigente peronista como intendente de la ciudad de Córdoba», aunque en rigor en el período 1999-2003 el jefe comunal fue el menemista ex secretario de Comunicaciones Germán Kammerath, quien encabezó una coalición liderada por el Justicialismo.

El vicegobernador electo, Manuel Calvo, y la legisladora Natalia De la Sota -hija del fallecido dirigente- aparecieron varias veces antes de Schiaretti para ir dando a conocer los resultados en todas las jurisdicciones, en medio de un clima de euforia y con el fondo de la música del cuartetero Juan Carlos «La Mona» Jiménez.

«Es apresurado sacar conclusiones sobre las próximas elecciones», dijo el mandatario al referirse a los análisis que lo posicionan como el armador de Alternativa Federal, propuesta electoral entre el macrismo y el kirchnerismo.

«Los cordobeses queremos la moderación. No queremos la grieta que tanto daño le hace a la Argentina», agregó, acompañado por una cuarentena de dirigentes y candidatos.

Las felicitaciones de Negri y Mestre

Tanto Negri como Mestre reconocieron «el mensaje de las urnas» y felicitaron al reelecto gobernador por el triunfo.

«Mi reconocimiento a Schiaretti porque los cordobeses le han dado hoy su respaldo. Aún con mis diferencias, no voy a desconocer el mensaje de las urnas», escribió en Twitter el jefe del interbloque Cambiemos en la Cámara de Diputados.

Al salir públicamente a hacerse eco de la derrota en su búnker, Negri sostuvo que se trató de una «batalla muy desproporcionada electoralmente», dijo que él personalmente no tiene «nada para festejar» y que asume «toda la responsabilidad».

Por su parte, el intendente de la capital cordobesa admitió la derrota desde el búnker en que siguió la carga de los resultados y dijo haber «recibido claramente el mensaje de las urnas con dolor, pero también con mucha sinceridad».

«Ni bien termine mi mandato que los cordobeses me otorgaron, mi vida política va a comenzar de cero, con mucha humildad y autocrítica», añadió.

Por intermedio del ministro de Interior, Rogelio Frigerio, el Gobierno acusó recibo de la derrota y -con una mirada en las elecciones presidenciales- les pidió a Negri, a Mestre y a la militancia de los partidos de Cambiemos en la provincia de Córdoba que «trabajen unidos para ratificar el cambio a nivel nacional».

«Felicitaciones a Schiaretti por ser electo nuevamente gobernador de la provincia de Córdoba. Desde el Gobierno Nacional vamos a seguir dialogando y trabajando codo a codo para todos los cordobeses», prometió.

Cambiemos llegó debilitado a la elección en una provincia que había sido clave para la consagración presidencial de Mauricio Macri en 2015: las gestiones del Comité Nacional partidario no alcanzaron para evitar la fractura, ya que ninguno de los dos candidatos radicales estuvo dispuesto a ceder en sus aspiraciones.

Negri recibió desde un primer momento el apoyo de la Casa Rosada, de Carrió y del grueso del PRO, mientras que Mestre se quedó con el aparato de la UCR cordobesa, y el acompañamiento de los dirigentes nacionales que no ocultan tensiones con el Gobierno.

En tanto, Unidad Ciudadana, que proponía a la gobernación al diputado Pablo Carro, había bajado semanas atrás su propia lista por orden de Cristina Kirchner, debido a la baja perspectiva de triunfo que le auguraba las encuestas.

La participación electoral fue mayor al 70% de los 2.889.973 votantes habilitados en el padrón, que estuvo repartido entre las 8.653 mesas ubicadas en 1.218 escuelas de la provincia.

Con esta cosecha electoral, Schiaretti logró mejorar sustancialmente su desempeño de 2015, cuando accedió a la gobernación con un triunfo mucho más justo, con el 40 por ciento contra el 33,75 de Juntos por Córdoba (alianza entre la UCR y el PRO, encabezada por Oscar Aguad).

Además, marcó una nueva derrota de Cambiemos, que se suma a las sufridas en Neuquén, San Juan, Río Negro, Chubut, Entre Ríos y Santa Fe.