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Contra la “batalla cultural”, la Iglesia santafesina llamó a bajar la violencia social


En su mensaje de Navidad y fin de año, la Iglesia de Santa Fe cuestionó la lógica del “enemigo” y advirtió sobre el crecimiento de la violencia en los vínculos sociales, al tiempo que convocó a recuperar el diálogo, el respeto y la convivencia.

A través de un comunicado firmado por el arzobispo de Santa Fe, Sergio Fenoy, y el obispo auxiliar, Matías Vecino, la Iglesia aprovechó el marco de las fiestas para compartir una reflexión que no solo interpela a la comunidad cristiana, sino a la sociedad en su conjunto. En el texto, se citan pasajes bíblicos para contraponer el mensaje conciliador del cristianismo frente a un clima social marcado por la confrontación permanente.

“Hoy, cuando se vuelven a poner de moda términos como ‘enemigo’, para referirse a quien no comparte mis ideas y mi escala de valores, o ‘batalla cultural’, entendiendo la lucha de una fuerza ideológica contra otra, hoy más que nunca los cristianos debemos dejarnos moldear por el misterio del pesebre”, señalaron las autoridades eclesiásticas.

En ese sentido, Fenoy y Vecino cuestionaron las formas en que se dirimen muchas discusiones en el ámbito público y privado, donde —advirtieron— “se recurre con facilidad a la descalificación, el insulto, la humillación, la indiferencia o la cancelación del otro”. “La violencia muchas veces se ha vuelto la forma de tratarnos entre nosotros”, subrayaron.

El mensaje invita a una reflexión profunda sobre los modos de convivencia social y el deterioro del diálogo, y propone retomar valores como la escucha, el respeto y la construcción colectiva. “Deseamos que el mensaje contracultural del pesebre se despliegue con toda su fuerza en la vida de cada una de nuestras comunidades”, expresaron.

De esta manera, la Iglesia santafesina volvió a plantear una mirada crítica sobre el presente social y político, llamando a desandar los caminos de la confrontación y a reconstruir lazos en un contexto atravesado por tensiones y discursos de odio.

Comunicado completo

“Cuando un silencio apacible envolvía todas las cosas, y la noche había llegado a la mitad de
su rápida carrera, tu Palabra omnipotente se lanzó desde el cielo, desde el trono real, como un
guerrero implacable, en medio del país condenado al exterminio. Empuñando como una espada
afilada tu decreto irrevocable…” (Sab 18,14-15).

La tradición cristiana aplica desde hace siglos este pasaje del libro de la Sabiduría a la Noche Buena. El pueblo elegido esperaba, en efecto, un Mesías poderoso que, desplegando la fuerza de su brazo aniquilaría a todos los enemigos de Israel y le otorgaría el status que se merecía por sobre todas las naciones.

Sin embargo, ocurrió otra cosa. El texto sagrado llegó a su cumplimiento de formas impensadas. Y hoy nos sigue sorprendiendo, nos sigue desconcertando. Porque la Palabra omnipotente de Dios que viene “como ladrón en la noche”, terrible, misteriosa, llega a nuestro pobre valle de lágrimas envuelta en pañales; porque se lanza desde el trono real y no encuentra ni siquiera un lugar en el albergue, yendo a parar a un pesebre rodeado de animales; porque este guerrero implacable viene en realidad desarmado y vulnerable, hecho Niño, empuñando la espada afilada del decreto irrevocable de su Amor.

La Navidad trastoca todos nuestros parámetros, contradice todas nuestras predicciones, supera todas nuestras expectativas. Hoy, cuando se vuelven a poner de moda términos como “enemigo”, para referirse a quien no comparte mis ideas y mi escala de valores, o “batalla cultural”, entendiendo la lucha de una fuerza ideológica contra otra, hoy más que nunca los cristianos debemos dejarnos moldear por el misterio del pesebre; hoy, que se recurre con facilidad a la descalificación, el insulto, la humillación, la indiferencia o la cancelación del otro; hoy, que la violencia muchas veces se ha vuelto la forma de tratarnos entre nosotros; hoy, precisamente hoy, la Navidad tiene un mensaje revolucionario, una Palabra omnipotente según la impotencia del amor de Dios, que es más poderosa que los poderosos de este mundo. Como cristianos estamos invitados a abrir los sentidos, el entendimiento, la libertad y el corazón entero a este anuncio extraordinario.

Que el Niño de Belén, Jesucristo Señor del universo y de la historia, vuelva a tocar los corazones de cada uno de nosotros; que el mensaje contracultural del pesebre se despliegue con toda su fuerza en la vida de cada una de nuestras comunidades.

Sergio Alfredo Fenoy; Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

Matías Vecino; Obispo auxiliar de Santa Fe de la Vera Cruz.