La Cámara de Diputados retomó hoy el debate por la despenalización del aborto, por el que ya pasaron 319 oradores, con la nota saliente de la polémica intervención de la veterinaria Valeria Zimmermann, quien sacó un feto de plástico de una caja y le dio besos ante la mirada de los presentes.
En esta nueva jornada de debate del plenario de comisiones, integrado por Legislación General, Legislación Penal, Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia y Acción Social y Salud Pública de la Cámara baja, era el turno de 42 oradores a favor y en contra de la iniciativa que propone legalizar la interrupción del embarazo hasta la semana 14.
En una disertación que trajo polémica, la veterinaria Zimmermann aseguró que «las mujeres que abortan no pueden hacer su duelo; no saben el sexo ni el nombre de su bebé, pero quisieran saberlo».
«No saben qué pasó con su cadáver. Es un desaparecido. Pero su cuerpo sí lo sabe: clama por su bebé», planteó Zimmermann, tras afirmar que, luego de un aborto, se siente «un dolor y una soledad que nadie puede entender». Tras dar su opinión, sacó un feto de plástico de una caja y le dio un beso ante los presentes.
En cambio, el escritor y psicoanalista Gabriel Rolón se manifestó a favor al señalar que «hay que hacer todo lo posible para garantizar la dignidad, el derecho y la salud de todo ser humano», y dijo que la ausencia de la ley «deja desprotegidas a las mujeres más humildes».
En el marco del plenario, la licenciada en Enfermería y docente María Constanza Alemán se mostró en contra de la iniciativa, al señalar que «la persona humana comienza en la concepción», e indicó que «esto se pone en evidencia cuando uno puede ver en vivo y en directo el aborto de un embrión o un feto».
«No hay posibilidad de ver allí otra cosa que no sea un cuerpo humano», postuló. En tanto, la pastora de la Iglesia Evangélica Luterana Wilma Rommel manifestó su respaldo a la despenalización del aborto, al señalar que «un buen cristiano no puede oponerse a la ley solamente por no estar de acuerdo».
«Aborto sí o no: ése no es el punto sino la seguridad con la que se hacen esos abortos», planteó Rommel, quien consideró que «lo que sería o no pecado no está fijado por Dios en tablas de piedra, sino que fue cambiando a lo largo de los siglos».
A su vez, la jueza Gabriela Vázquez, integrante del Consejo de la Magistratura, respaldó la iniciativa y aseguró que, «como mujer del Derecho y con 36 años en el Poder Judicial, puedo decirles que el derecho penal ha fracasado en su intento de evitar los abortos» porque -señaló- «las mujeres siguen abortando a pesar de la amenaza penal».
Esteban Rubén Blanco, padre adoptante de una nena que iba a ser abortada y que nació con parálisis cerebral y murió a los 5 años, rechazó la iniciativa, al sostener que «no hay razón para abortar, ni siquiera en estos casos». «Hay muchos niños sin voz que merecen nacer y merecen vivir. Les pido que legislen por la vida», aseveró.
Asimismo, la ex titular del Inadi y ex legisladora porteña María José Lubertino adelantó su respaldo a la iniciativa y dijo que «quisiéramos ver todo este despliegue discutiendo aquí contra los agrotóxicos, que están terminando en pérdidas de vida, muchas de ellas deseadas».
En tanto, la ex legisladora Marcela Rodríguez calificó de «discriminación sexual» la penalización del aborto y dijo que el delito establecido en el articulo 88 del Código Penal «es el único que penaliza a las mujeres», y señaló que si se priva a las mujeres de «decidir sobre nuestras vidas sexuales pasamos a ser ciudadanas de segunda clase».
En tanto, el abogado Fernando Toller expresó su rechazo a la legalización aborto y criticó que varios proyectos «no contemplen la objeción de conciencia» y en otros «se los prohíbe con amenazas penales de hasta cuatro años de prisión a los médicos».