El presidente de Chile, Sebastián Piñera, decretó este viernes por la noche el Estado de Emergencia para la Región Metropolitana de Santiago luego de los disturbios que se produjeron en la capital del país. El balance arroja cientos de detenidos y numerosos heridos, entre manifestantes y policías, algunos graves.
Las protestas por el aumento del boleto del subte anoche en Chile provocaron numerosos incendios, incluso en edificios y un estado de caos en las calles.
Los Carabineros chilenos informaron que por los incidentes 308 personas fueron detenidas; 156 carabineros resultaron lesionados -5 con lesiones graves-; 49 vehículos policiales fueron dañados, 41 estaciones de metro vandalizadas.
Además, según publicó el diario La Tercera, existen 11 denuncias de civiles lesionados, cuyos antecedentes fueron puestos a disposición del Ministerio Público, aseguró el general director Mario Rozas, quien calificó la jornada de «extremadamente violenta».
De todos modos, tanto desde el Ejército como desde la policía aclararon que durante la madrugada no hubo enfrentamientos cara a cara con civiles.
Chile: tras los incidentes, Piñera decretó el estado de emergencia
Esta mañana Santiago de Chile amaneció con el decreto de Piñera, que genera, por ejemplo, que se suspendan los cuatro partidos de fútbol programados en la capital por el torneo de primera división.
Y como el Estado de Emergencia se prolongará se analiza que el lunes no haya clases para los chicos, algo que se definía por estas horas.
Santiago de Chile se encuentra paralizado por las protestas por el alza del precio del pasaje del Metro que se extendieron a lo largo del día de ayer por toda la ciudad con destrozos y actos violentos en las calles, lo que motivó el cierre de todas las líneas del suburbano y dejó a miles de personas sin forma de movilizarse.
En el quinto día de protestas en varias estaciones del Metro, con centenares de jóvenes «colándose» sin pagar, causando destrozos y enfrentándose a la Policía, los disturbios fueron en aumento hasta provocar el caos en varios puntos de la ciudad, entre los desórdenes y la masa de personas que quedó sin locomoción.
Uno de los epicentros de la protesta fue la céntrica Plaza Italia, donde las calles están cerradas al tráfico con barricadas de vallas metálicas y algunas hogueras, una imagen que se reitera en varios puntos de la capital trasandina, con destrozos en el mobiliario externo de las estaciones de metro y enfrentamientos con la Policía.