El costo del metro cuadrado de construcción de una vivienda urbana actualmente asciende a $30.000, cerca de US$ 1.500 en las grandes urbes, con el método tradicional, mientras que las nuevas modalidades bajan el valor hasta a US$530, según fuentes del sector.
Aclararon que el valor puede descender de acuerdo a las disponibilidades de materiales y mano de obra del lugar dónde se realiza la obra.
Los sistemas constructivos en uso son el tradicional, la construcción en madera, el steel frame con perfilería de acero y construcción de paneles tridimensionales.
El Director del Área de Pensamiento Estratégico de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), el ingeniero Fernando Lago, explicó que en la Argentina se usa predominantemente el sistema de construcción de vivienda llamado tradicional, con estructura de hormigón armado y cerramientos de mampostería de ladrillo cerámico o bloques de hormigón.
Los sistemas de construcción más livianos, como la construcción en seco, basados en entramados de acero (steel frame) o de madera, tienen una ventaja en velocidad de montaje y mejor aislación térmica respecto al tradicional.
No obstante «aún tienen una escasa participación en el total, pero es previsible que ésta vaya creciendo», admitió Lago en diálogo con Télam.
Con un déficit habitacional de 3 millones de unidades, para Lago en el Plan Nacional de Vivienda «todas las tipologías de construcción deben participar».
El metro cuadrado de construcción tradicional vale «$30.000 o US$1.500», estimó por su parte el arquitecto Carlos Marchetto, del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU).
Aparte del precio, al definir el sistema de construcción para vivienda «habrá que ver qué producto ofrecen, si coinciden con nuestra forma de vida o no, si son amortizables por el uso que se la va a dar a sus componentes y si tienen aceptación en nuestro mercado inmobiliario», explicó.
En cuanto a los costos de cada sistema, Marchetto sostuvo que «es un dato propio de cada oferente y se puede decir que el precio testigo es el del sistema tradicional».
El precio testigo varía según distintos factores: costo del terreno, la ubicación e infraestructura que se dispone, el costo directo de la obra en sí, más costos profesionales, comisiones inmobiliarias, gastos notariales y el beneficio empresario.
Por su parte, Carola Wickenhagen, de la empresa Concrehaus, que usa sistemas constructivos basados en paneles tridimensionales, dijo que ya se construyeron 20 mil viviendas y que se está utilizando el sistema para hospitales y escuelas.
Respecto de los costos, dijo que el presupuesto se maneja de acuerdo al proyecto a emprender.
«Los beneficios del sistema son el ahorro energético, el confort y la rapidez con que se concreta la obra», dijo a Télam para agregar que «el costo final es menor que la construcción tradicional y la prestación es superior», consideró.
En tanto, Alejandro Barbieri, arquitecto en la construcción de la Trump Tower en Punta del Este, Uruguay, dijo a Télam que el edificio de 27 pisos se construye con sistema tradicional de estructura de hormigón y carpinterías de aluminio con doble vidriado hermético denominado DVH.
Pero las paredes interiores son placas de roca de yeso, por lo que se trata de construcción en seco, industrializada, de rápido acabado.
Por su parte, el arquitecto Enrique Castro Riglos, de la empresa de viviendas industrializadas Velox, indicó que en su compañía fabrican la vivienda en planta y la llevan al lugar donde será emplazada, para «implantarla y hacer el montaje, lo que demanda 25 días en total», explicó.
«Son viviendas para countries pero también pueden ser usadas como viviendas sociales, para el Plan Nacional de Viviendas que contempla la construcción de 100.000 unidades por año. El costo del sistema es cerca de US$ 530 por metro cuadrado», aseguró.
Aclararon que el valor puede descender de acuerdo a las disponibilidades de materiales y mano de obra del lugar dónde se realiza la obra.
Los sistemas constructivos en uso son el tradicional, la construcción en madera, el steel frame con perfilería de acero y construcción de paneles tridimensionales.
El Director del Área de Pensamiento Estratégico de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), el ingeniero Fernando Lago, explicó que en la Argentina se usa predominantemente el sistema de construcción de vivienda llamado tradicional, con estructura de hormigón armado y cerramientos de mampostería de ladrillo cerámico o bloques de hormigón.
Los sistemas de construcción más livianos, como la construcción en seco, basados en entramados de acero (steel frame) o de madera, tienen una ventaja en velocidad de montaje y mejor aislación térmica respecto al tradicional.
No obstante «aún tienen una escasa participación en el total, pero es previsible que ésta vaya creciendo», admitió Lago en diálogo con Télam.
Con un déficit habitacional de 3 millones de unidades, para Lago en el Plan Nacional de Vivienda «todas las tipologías de construcción deben participar».
El metro cuadrado de construcción tradicional vale «$30.000 o US$1.500», estimó por su parte el arquitecto Carlos Marchetto, del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU).
Aparte del precio, al definir el sistema de construcción para vivienda «habrá que ver qué producto ofrecen, si coinciden con nuestra forma de vida o no, si son amortizables por el uso que se la va a dar a sus componentes y si tienen aceptación en nuestro mercado inmobiliario», explicó.
En cuanto a los costos de cada sistema, Marchetto sostuvo que «es un dato propio de cada oferente y se puede decir que el precio testigo es el del sistema tradicional».
El precio testigo varía según distintos factores: costo del terreno, la ubicación e infraestructura que se dispone, el costo directo de la obra en sí, más costos profesionales, comisiones inmobiliarias, gastos notariales y el beneficio empresario.
Por su parte, Carola Wickenhagen, de la empresa Concrehaus, que usa sistemas constructivos basados en paneles tridimensionales, dijo que ya se construyeron 20 mil viviendas y que se está utilizando el sistema para hospitales y escuelas.
Respecto de los costos, dijo que el presupuesto se maneja de acuerdo al proyecto a emprender.
«Los beneficios del sistema son el ahorro energético, el confort y la rapidez con que se concreta la obra», dijo a Télam para agregar que «el costo final es menor que la construcción tradicional y la prestación es superior», consideró.
En tanto, Alejandro Barbieri, arquitecto en la construcción de la Trump Tower en Punta del Este, Uruguay, dijo a Télam que el edificio de 27 pisos se construye con sistema tradicional de estructura de hormigón y carpinterías de aluminio con doble vidriado hermético denominado DVH.
Pero las paredes interiores son placas de roca de yeso, por lo que se trata de construcción en seco, industrializada, de rápido acabado.
Por su parte, el arquitecto Enrique Castro Riglos, de la empresa de viviendas industrializadas Velox, indicó que en su compañía fabrican la vivienda en planta y la llevan al lugar donde será emplazada, para «implantarla y hacer el montaje, lo que demanda 25 días en total», explicó.
«Son viviendas para countries pero también pueden ser usadas como viviendas sociales, para el Plan Nacional de Viviendas que contempla la construcción de 100.000 unidades por año. El costo del sistema es cerca de US$ 530 por metro cuadrado», aseguró.