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Conocé cómo actúan y cuál es la función de las proteínas en el cuerpo


Este nutriente es indispensable para muchas de las funciones vitales, por lo tanto su aporte, a través de los alimentos, debe ser óptimo

Las proteínas cumplen roles muy importantes en el cuerpo. Estas moléculas, al igual que otros nutrientes, son necesarias para varios procesos vitales, por eso hay que incorporarlas a través de los alimentos. Si bien son reconocidas por su capacidad de generar tejidos, ejercen también otras funciones. En este artículo de Mejor con Salud, la nutricionista Florencia Villafañe cuenta más detalles.

¿Cuál es la función de las proteínas en el cuerpo?

En general, las proteínas son moléculas que tienen 4 elementos de base: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Además, pueden poseer azufre, hierro, cobre u otros minerales.

Constituyen uno de los macronutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo, ya que desempeñan un papel fundamental en los seres vivos. Sus funciones son versátiles y diversas, concentrándose en la formación de tejidos y de masa muscular. Pero esto no es lo único, por lo cual te vamos a contar las múltiples acciones que llevan adelante y que se resumen en las siguientes:

  • Estructura y plasticidad: una de las funciones de las proteínas en el cuerpo es formar las estructuras celulares. Reparan los tejidos, otorgan sostén, confieren elasticidad y resistencia. Un ejemplo clásico es el colágeno, que se encuentra en huesos y tendones, o la queratina en el pelo, piel y uñas. De hecho, según estudios, el aporte proteico es uno de los componentes básicos para lograr masa muscular.
  • Regulación: algunas hormonas, como la insulina y el glucagón, son de naturaleza proteica. Ambas permiten regular la concentración de glucosa en sangre. Otro caso es la calcitonina, que se encarga del metabolismo del calcio. Además, hay proteínas con la función en el cuerpo de dirigir la división celular y la expresión de los genes.
  • Defensa: las proteínas ayudan a crear inmunoglobulinas; estos son anticuerpos capaces de protegernos frente a agentes extraños. Las mucinas, por ejemplo, protegen las mucosas y tienen efecto germicida. Asimismo, el fibrinógeno y la trombina evitan las hemorragias porque contribuyen a la formación de coágulos de sangre.
  • Homeostasis: funcionan como amortiguadores también, porque tienen la capacidad de mantener el medio interno estable en el proceso llamado homeostasis. Aseguran en todo momento que el pH, la acidez y el equilibrio osmótico estén dentro de los valores normales.
  • Enzimas: muchas proteínas son enzimas, o sea que permiten que las reacciones del cuerpo sucedan a una velocidad más rápida. Aceleran los procesos de las mismas debido a su capacidad de interactuar de forma especifica con los sustratos. Como ejemplos de ellas encontramos a las enzimas que permiten la degradación de alimentos, como la amilasa, lipasa y proteasa.
  • Transporte: contribuyen a transportar sustancias en los líquidos corporales, como el oxígeno (por medio de la hemoglobina y la mioglobina) y las grasas (mediante las apoproteinas). A nivel celular son canales y receptores que permiten la entrada y salida de compuestos a través de las membranas celulares.
  • Reserva: las proteínas son un reservorio energético para el caso de que se necesite utilizarlas como combustible. Si bien no es lo óptimo que el cuerpo las utilice como tal, es una posibilidad para cuando no hay disponibilidad de carbohidratos.

Fuentes de proteínas

Los alimentos que aportan proteínas son de origen animal y vegetal, sin embargo, la calidad de ellos varía. Las fuentes animales tienen un alto valor biológico porque contienen todos los aminoácidos que son esenciales para el cuerpo. Las segundas, en cambio, son deficitarias en algunos de estos.

Según los estudios científicos, cuando se consumen proteínas de origen vegetal, exceptuando la soja, se debe tratar de combinar alimentos para lograr una calidad óptima. De otro modo, siempre nos estarán faltando algunos componentes que necesitamos sí o sí.

Podemos encontrar buenas proteínas para ayudar a las funciones del cuerpo en las siguientes fuentes:

  • Carnes rojas y blancas.
  • Huevos.
  • Lácteos.
  • Legumbres: sobre todo la soja, el garbanzo y las lentejas.
  • Frutos secos y semillas.

En base a la evidencia científica, se recomienda aportar 0,8 gramos de proteína por kilogramo de peso. Este requerimiento varía según las necesidades diarias que se determinan por el estilo de vida. De este modo, las embarazadas, los niños, los lactantes, los adolescentes y los adultos mayores deben ingerir una cantidad adicional.

En el caso del deportista, el aporte es variable, ya que tiene mucho que ver el nivel de actividad física que se realiza. De hecho, según un estudio publicado en Journal of the International Society of Sports Nutrition, este valor debe ser de al menos 2 gramos diarios.

¿Qué debe quedar claro sobre la función de las proteínas en el cuerpo?

Este nutriente es indispensable para muchas de las funciones vitales, por lo tanto su aporte debe ser óptimo. Si bien puede obtenerse una buena calidad proteica mediante alimentos de origen animal, quienes realizan una dieta vegetariana deben asesorarse con un nutricionista.

Como hemos visto, las proteínas no son solo para formar tejidos. La capacidad que tienen de influir en múltiples procesos del cuerpo las hace indispensables. Desde el balance hormonal hasta la entrada microscópica de sustancias a las células, dependemos de ellas para la salud.