El actor cumple este martes 90 años y cómo no olvidarse del rol que lo convirtió en una estrella mundial del cine. Repasamos el uso de su "licencia para matar"
Por Mario Luzuriaga
En octubre de 1962 el mundo conoció a Bond, James Bond, el famoso agente 007 en los cines. Creado por Ian Fleming, cuenta las aventuras de este sofisticado espía que fue interpretado por Sean Connery y fue el ticket de ida a la fama. Hoy, el actor cumple 90 años.
Dos productores llamados Albert R. «Cubby» Broccoli y Harry Saltzman se hicieron con los derechos del personaje para poder generar sus aventuras cinematográficas. En primera instancia tenían en mente al actor Cary Grant, pero descartaron la idea ya que sería por una sola película y rápidamente tendrían que llamar a otro intérprete.
Consideraron a Roger Moore para el rol principal pero estaba comprometido con la serie de televisión «El Santo» y sugirieron a Sean Connery, un actor desconocido, que antes fue fisicoculturista y camionero. Tuvieron dudas pero al ver su rudeza y su movimiento en cámara aceptaron trabajar con él.
Sin dudas fue la elección perfecta y así crearon al ícono pop que aún en estos días perdura. Su primera intervención fue «El satánico Dr. No», dirigida por Terence Young y filmada en Jamaica, en donde el agente 007 se enfrenta a un enemigo particular llamado «Dr. No». Pero la película es muy recordada por la aparición de una de las mujeres más hermosas que pasaron por la pantalla grande: Ursula Andress.
Luego de este gran éxito llegó el turno de «De Rusia con Amor», la nueva aventura en la que se dobló el presupuesto y fue un éxito arrollador. Pero será «Goldfinger», la película que definiría al personaje en todo su esplendor.
Connery tenía la popularidad de «The Beatles» en ese momento y fue «Goldfinger», la película que lo llevó a un status primordial y accedió a que las cosas cambien para bien y para mal.
En 1965 estrenaron «Operación Trueno», cuarta película de la saga, y a Connery se lo veía ya un poco cansado de interpretar a 007, pero será en 1967 con «Solo se vive dos veces», la despedida (?) del actor. Eso fue devastador para el público y la producción, que llevó a tener grandes problemas. El propio actor salió en los medios de comunicación diciendo que se retiraría del personaje en medio del rodaje.
En 1969 se estrenó «Al Servicio Secreto de Su Majestad», protagonizada por George Lazenby, pero no fue querido y en 1971 Connery regresó para ser Bond una vez más en «Los diamantes son eternos», pero fue básicamente por el dinero, ya que la película es aburrida y se nota el desgano y las constantes peleas que tenía con Broccoli.
Ya con Moore a la cabeza, Connery se mofaba de que el Bond que estaba en cine no era el hombre de acción que debía ser. En 1983 regresó como el agente en una película que estaba por fuera de la continuidad oficial, llamada «Nunca digas nunca jamás» pero no salió victoriosa, debido a que «Octopussy» protagonizada por «el Bond oficial» se llevó todas las miradas.
Finalmente la pelea que Connery tuvo con Broccoli terminó cuando el productor ya estaba mal de salud a mediados de los años 90, recordando los buenos momentos que pasaron juntos.