“Estoy profundamente preocupado”, declaró Tedros Adhanom, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) frente al creciente brote de ébola en África, especialmente grave en la República Democrática del Congo. Hoy, pese a los llamados del organismo que dirige para frenar la expansión, el tiempo parece darle la razón a la preocupación de Adhanom.
Según la OMS, en los últimos dos meses los casos de ébola en el Congo se han duplicado, y los registros ya alcanzan los 2.008 infectados. De ellos, 1.346 individuos han fallecido. La reciente epidemia, que comenzó en julio de 2018, llegó a los 1.000 casos el pasado marzo, y desde entonces no ha dejado de crecer de manera exponencial.
De hecho, en los últimos 10 meses se han presentado más de 2.000 casos de ébola en la República Democrática del Congo, según la OMS. De esos, dos tercios han sido fatales.
De acuerdo con BBC Mundo, el brote en el este de la República Democrática del Congo es el segundo más grande en la historia, con un aumento significativo en los nuevos casos observados en las últimas semanas. Pero los intentos de los trabajadores de la salud para contener el brote se han visto obstaculizados por la desconfianza y la violencia. Solo entre enero y mayo de este año hubo 40 ataques a establecimientos de salud.
A pesar del hecho de que más de 1.300 personas murieron a causa de la enfermedad desde agosto, la organización benéfica Oxfam dice que sus equipos se reúnen con personas todos los días que aún no creen que el virus exista, informó el editor de la BBC para África, Will Ross.
La Organización Mundial de la Salud dijo que el riesgo de una propagación mundial es bajo, pero era muy probable que los casos se extendieran a los países vecinos. La mayoría de los brotes de ébola se terminan rápidamente y afectan a un pequeño número de personas.
Fuente: El Espectador