En medio de un clima de prudente optimismo, las delegaciones diplomáticas de Bolivia y Chile esperan a que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en el Palacio de la Paz de la ciudad holandesa de La Haya se pronuncien mañana sobre el centenario conflicto entre ambos países.
La CIJ dará a conocer si obliga a Chile a negociar un acuerdo con Bolivia que, eventualmente, otorgue a los bolivianos un acceso soberano al océano Pacífico, cosa que perdieron en una guerra hace 139 años.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, consideró que «habrá buenas noticias para todos los bolivianos», según expresó en un mensaje de vídeo difundido en Twitter a poco de llegar al aeropuerto de Rotterdam, cerca de La Haya.
En similares términos se expresó el embajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), José Alberto Gonzales, al afirmar que la delegación que encabeza tiene «mucho optimismo». Gonzales afirmó además que Bolivia va «a respetar el fallo» del tribunal internacional, sea cual sea el resultado.
«Tenemos la certeza de que, cuando se conozca el contenido, haremos todos los esfuerzos para que el fallo se ejecute», declaró a periodistas concentrados en el hotel de la delegación boliviana.
La delegación boliviana estará encabezada mañana por el presidente Morales, el canciller Diego Pary, el ministro de Justicia Héctor Arce, y la ministra de Comunicación Gisela López.
El canciller de Chile, Roberto Ampuero, no estará presente en La Haya a pesar de que hace unos días estaba previsto que acudiera, pero el representante chileno ante la CIJ, Claudio Grossman, restó importancia a esa ausencia.
«Lo extraordinario es que venga alguien que no sea el agente» representante de Chile, indicó a los periodistas que lo esperaban en el hotel de la delegación chilena.
Grossman recordó que en la lectura de un fallo anterior de la CIJ, en 2014, por un litigio entre Chile y Perú, tampoco acudió ningún ministro del gobierno.
El representante chileno aseguró que está «muy tranquilo» porque el Tratado de 1904, que se firmó tras la Guerra del Pacífico y fijó las fronteras entre ambos países, «estableció el dominio a perpetuidad de los territorios disputados».
«Nosotros ya hemos planteado que, desde el punto de vista del derecho internacional, no hay obligación de resultado y esperamos la aplicación del derecho internacional por (parte de) la CIJ», remarcó.
La «obligación de resultado» mencionada por Grossman se refiere a que la CIJ ya estableció en 2015 que, en caso de que obligase a Chile a entablar conversaciones con Bolivia, el tribunal no determinaría el resultado de las negociaciones
El embajador de Chile en Estados Unidos, Alfonso Silva Navarro, y la embajadora en Holanda, María Teresa Infante, acompañarán mañana a Grossman como coagentes.
Se prevé que la lectura del fallo dure entre 70 y 90 minutos, aunque se leerá solo un extracto de los párrafos más importantes.Bolivia y Chile han mostrado en La Haya las diferencias y tensiones que han marcado a sus relaciones bilaterales de los últimos años.
Bolivia asegura que la pérdida de 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio, a finales del siglo XIX tras la guerra del Pacífico, fue un obstáculo para su desarrollo económico.
El gobierno boliviano basa parte de sus argumentos jurídicos en que Chile ha aceptado discutir el tema marítimo en varias ocasiones a lo largo de los últimos cien años, diálogos que aunque infructuosos obligan a Chile a seguir negociando.
A su vez, Chile sostiene que el Tratado de 1904 ya fijó las fronteras y que los reclamos bolivianos de acceso soberano al Pacífico supondrían en la práctica una sesión de territorio chileno, opción que a su juicio no está en discusión.