El veredicto, con el fallo unánime de los jueces, fue dado a conocer por el Tribunal Oral Federal 2 pasado el mediodía y la condena alcanzó también al ex fiscal Juan Ignacio Bidone
El falso abogado Marcelo D’Alessio fue condenado este lunes a cuatro años de prisión por un intento de extorsión contra un empresario, con la complicidad de un fiscal federal y dos agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
El veredicto, con el fallo unánime de los jueces, fue dado a conocer por el Tribunal Oral Federal 2 pasado el mediodía y la condena alcanzó también al ex fiscal Juan Ignacio Bidone, a quien se le impusieron tres años y ocho meses de prisión; y a los ex agentes de inteligencia Rolando Barreiro y Claudio Álvarez con dos años de prisión en suspenso.
Los condenados fueron sometidos a juicio oral desde el 8 de marzo último, a raíz de una causa que investigó un intento de extorsión al despachante de Aduanas Gabriel Traficante, consistente en la amenaza de involucrarlo en la llamada «mafia de los contenedores» y al mismo tiempo ofrecerle evitar un «escrache mediático», en noviembre de 2016.
En sus últimas palabras antes de conocer el veredicto, D’Alessio se victimizó, negó la acusación en su contra y dijo que «Gabriel (Traficante) supo en todo momento que yo no lo extorsioné».
«Traficante vino a buscar un servicio porque estaba en pánico», argumentó.
D’Alessio, quien se presentaba como abogado cuando no lo era, y consideró también que «la condena mediática parece superar el principio de inocencia», en referencia a la amplia cobertura en medios nacionales que tuvo su caso.
Los otros tres acusados también hicieron uso del derecho a dirigirse al tribunal antes del veredicto. El exfiscal Bidone utilizó su tiempo para insistir una vez más en su inocencia, aunque al mismo tiempo reconoció que «no debí compartirle información que le compartí» a D’Alessio.
El ahora condenado contactó a Traficante en 2016 para informarle que estaba imputado en una causa que tramitaba la Justicia en lo Penal económico y que, por un pago de dinero, podía ayudarlo a quedar fuera del expediente.
D’Alessio hacía gala de relaciones con funcionarios del Poder Judicial y también dentro de los medios, y al mismo tiempo aseguraba que esos vínculos le daban margen de maniobra para involucrar o desligar a personas en procesos judiciales y para evitar la publicidad negativa en los medios.
El falso abogado obtuvo la información de Traficante a través del entonces titular de Delitos Complejos de Mercedes, el exfiscal Bidone, quien hoy fue condenado como partícipe necesario en la extorsión y también por «abuso de autoridad».
Al momento de pedir las penas, el fiscal Diego Luciani destacó como agravante que lo ocurrido «afectó severamente el funcionamiento de la Justicia» en la localidad y que su accionar «pulverizó la confianza que la ciudadanía depositó en los fiscales».
En cuanto a Barreiro y Álvarez, quienes también alegaron su inocencia en el tramo final del juicio, se los condenó como «partícipes necesarios» del delito cometido por D’Alessio, ya que aportaron «verosimilitud» a los dichos de D’Alessio cuando este extorsionaba a Traficante.
D’Alessio está detenido en la cárcel de Ezeiza y desde allí participó de la última audiencia del juicio a través de una videoconferencia, en un proceso que dirigieron los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) n° 2 Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Enrique Signori.
A lo largo del juicio, en sus indagatorias, los acusados apuntaron a D’Alessio, como fue el caso del exfiscal Bidone, quien admitió que se dejó llevar por la personalidad y los dichos del falso abogado y atribuyó lo ocurrido a su modo de trabajar y su carácter «confianzudo».
Bidone tuvo a su cargo la investigación del llamado «triple crimen» de General Rodríguez, el caso de tres jóvenes empresarios asesinados en un hecho que se vinculó al tráfico de efedrina, y en ese marco conoció a D’Alessio y comenzó a intercambiar información.
Para obtener la información que después le dio al falso abogado, usó claves de acceso de sus empleados de la fiscalía, según detallaron sus subordinados cuando declararon en el juicio como testigos.