Se trata de Carlos Gabriel Carreras (46), quien, según se probó durante el debate, abusó sexualmente de las dos víctimas mediante golpes y amenazas
Un hombre de 46 años fue condenado a 10 años de prisión por el abuso sexual de dos de sus exparejas en la ciudad de Santa Fe, informaron hoy voceros judiciales.
La sentencia fue dictada de manera unánime por el tribunal integrado por los jueces Martín Torres, Rosana Carrara y Leandro Lazzarini, en el marco de un juicio oral que finalizó ayer en los tribunales de la capital provincial.
Se trata de Carlos Gabriel Carreras (46), quien, según se probó durante el debate, abusó sexualmente de las dos víctimas mediante golpes y amenazas.
Una de ellas fue atacada sexualmente en su casa y a la otra en un hotel, de acuerdo a lo probado en el debate.
La calificación penal que le endilgó a Carreras la fiscal de la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) de la Fiscalía Regional 1, Alejandra Del Río Ayala, quien estuvo a cargo de la investigación, fue «abuso sexual con acceso carnal reiterado en dos oportunidades».
Tras conocer el veredicto, la representante del Ministerio Público de la Acusación (MPA) valoró que los jueces optaron por la calificación penal y el monto de la pena solicitados por la fiscalía.
Los abusos sexuales fueron cometidos por Carreras en noviembre de 2019 y en junio de 2021.
En relación al primero de ellos, la fiscal del MPA precisó que «fue a la casa en la que vive la víctima, la golpeó con los puños en diferentes partes del cuerpo y la agredió sexualmente en una habitación».
El segundo abuso «fue cometido en horas de la siesta, cuando el condenado interceptó a la otra víctima en la vía pública, la intimidó con una cuchilla que llevaba consigo y la obligó a ir con él a un hotel, donde vulneró su integridad sexual mientras la amenazaba de muerte», detalló.
«Las dos víctimas sufrieron los abusos en un marcado contexto de violencia de género», remarcó la fiscal y agregó que «en particular, una de las mujeres padeció esa violencia durante un tiempo muy prolongado».
Por otra parte, sostuvo que «en el debate quedó probado que, en los dos casos, el condenado tuvo un comportamiento con patrones comunes muy marcados».