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Condenan a un policía a cadena perpetua por feminicidio que conmocionó al Reino Unido


El asesinato de la joven londinense Sarah Everard en marzo de este año desató un debate sobre la seguridad de las mujeres y la actuación policial en el país

Un policía británico fue condenado este martes a cadena perpetua por la violación y asesinato de la joven londinense Sarah Everard en marzo de este año, un caso que conmocionó al Reino Unido y desató un debate sobre la seguridad de las mujeres y la actuación policial.

El asesinato se produjo en «circunstancias especialmente brutales, trágicas y devastadoras», afirmó el juez Adrian Fulford, del tribunal penal de Londres, al anunciar la sentencia contra Wayne Couzens, de 48 años, informó la agencia de noticias AFP.

Everard, una ejecutiva de marketing de 33 años, fue secuestrada, violada, estrangulada y quemada cuando volvía a a pie de noche a su casa el 3 de marzo tras visitar a unos amigos en el sur de Londres.

Sus restos fueron hallados en un bosque una semana después.

La desaparición de la mujer, que ocurrió en pleno confinamiento contra el coronavirus, conmocionó a todo el país, provocó grandes protestas y desató un nutrido debate sobre la seguridad de las mujeres en las calles.

Couzens, agente de la unidad de élite de protección diplomática de la policía de Londres, fue reconocido gracias a cámaras de videovigilancia y detenido el 9 de marzo en su domicilio de Deal, en el sureste de Inglaterra.

En julio admitió el secuestro, violación y asesinato.

Acusándola de saltarse las restricciones impuestas contra la pandemia del coronavirus, que entonces prohibían las reuniones en casas de otros, el policía, que estaba fuera de servicio, llevó a cabo una «falsa detención», esposando a la joven antes de secuestrarla, había explicado el fiscal Tom Little ante el tribunal el miércoles.

Imágenes de cámaras de seguridad captaron esta escena, de la que también fue testigo una pareja que pasaba por el lugar en un coche y supuso que un agente de policía encubierto estaba realizando un arresto, precisó el fiscal.

La madre de la víctima, Susan Everard, se declaró ayer «atormentada por el horror».

«Me indigna que haya jugado con el hecho de ser policía para conseguir lo que quería», subrayó.

El asesinato de Everard abrió un debate sobre la violencia machista en el Reino Unido.

Miles de mujeres de todas las edades recurrieron a las redes sociales para expresar su sentimiento de inseguridad, describiendo las amenazas y el acoso que habían sufrido en lugares públicos y privados y pidiendo a los políticos que hicieran algo al respecto.

El Gobierno del primer ministro Boris Johnson respondió presentando en julio pasado una nueva estrategia para combatir el acoso callejero y la violencia contra las mujeres, que incluye más patrullas nocturnas, mayor financiación y la creación de una nueva dirección nacional de policía para mejorar los tiempos de respuesta ante estos delitos.

Pero a mediados de junio, su Gobierno tuvo que pedir disculpas por haber «fallado» durante años a miles de víctimas de violación, después de que la fiscalía informase de un drástico descenso en el número de condenas a agresores sexuales y violadores, pese a que las denuncias casi se duplicaron desde 2015-2016.

Inmediatamente después de la desaparición, se improvisaron en Londres vigilias y memoriales en honor a Everard.

Sin embargo, estas reuniones estaban prohibidas debido a la pandemia y su violenta dispersión, que dio lugar a imágenes de agentes esposando a manifestantes en el suelo, desató un nuevo debate sobre la actitud hacia las mujeres en el seno de la policía metropolitana de Londres.

En julio, la Oficina Independiente de Conducta Policial anunció la investigación a 12 agentes por cuestiones relacionadas con el caso de Couzens.