Más de 300 tripulantes zarparon esta mañana desde el puerto de Ciudad de Buenos Aires
Familiares despidieron con saludos y aplausos a los más de 300 tripulantes del rompehielos ARA «Almirante Irízar», que zarpó esta mañana del puerto de Ciudad de Buenos Aires hacia la Antártida Argentina con el sonido retumbante de su bocina anunciando el comienzo de la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2023-2024, mientras que los cientos de personas que los veían alejarse del muelle estaban a la vez «contentos» y «tristes», y aseguraron a Télam que, aunque recién partieron, no ven «la hora de que vuelvan».
Niños con camisetas de la selección argentina, mujeres y hombres con globos de colores, y hasta bebés que llevaban remeras con la foto del rompehielos se reunieron hoy en el Apostadero Naval de la Dársena Norte para despedir a sus familiares que estarán durante cuatro meses navegando entre los hielos de la Antártida.
Esta mañana, mientras los marineros terminaban de realizar las operaciones previas a la zarpada del puerto, Estefanía Enríquez contó a Télam que se acercó para saludar a su novio, quien viaja por tercera vez al continente blanco.
«Yo viajé con él el año pasado, pero ahora se va solito. Así que lo voy a extrañar mucho, pero bueno, acá estoy haciéndole el aguante», aseguró la joven de 31 años que es camarera de la Armada.
«No veo la hora de que vuelva y todavía no se fue», subrayó Estefanía parada frente al emblemático buque naranja, el rompehielos más importante que opera en el norte de la península antártica.
El acto de orden de zarpada estuvo encabezado por el ministro de Defensa, Luis Petri, quien declaró: «Es un profundo honor y un gran orgullo estar acá junto a toda la familia militar y científica para dar la orden de zarpada del imponente Irízar».
«Para todos los argentinos, este rompehielos es mucho más que un barco. Es su insignia naval de nuestro país, un orgullo nacional y un emblema de nuestra soberanía sobre las aguas Antárticas y del Atlántico Sur», destacó.
El rompehielos ARA “Almirante Irízar” zarpó para iniciar la Campaña Antártica de Verano 2023/2024.
El buque de la Armada Argentina soltó amarras desde el Apostadero Naval Buenos Aires. El acto fue encabezado por el Ministro de Defensa @luispetriInfo 👉https://t.co/FGZVmAaGwJ pic.twitter.com/SQq7NSqnMX
— Armada Argentina (@Armada_Arg) December 28, 2023
El rompehielos visitará las 13 bases argentinas (siete permanentes y seis temporarias) durante las tres etapas de la campaña con el apoyo de otras unidades de la Armada.
«A bordo del Irízar viajan los materiales para terminar la casa de la base Petrel para que pueda volver a ser una base permanente. Esto es fundamental porque Petrel es el ingreso natural a la Antártida, es el puente que reafirma nuestra bicontinentalidad», señaló el ministro.
En otro pasaje de su discurso, Petri remarcó que a bordo del buque también viaja «el futuro de nuestro desarrollo científico y tecnológico».
«Gracias a un fuerte trabajo interagencial con el Conicet, el Instituto Científico de Tierra del Fuego, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y otras instituciones científicas, el Irízar zarpa con todo lo necesario para construir tres nuevos laboratorios multidisciplinares, dos en las bases Marambio y Carlini, y uno emplazado en la Isla de los Estados, que se suman a los que ya tenemos en la base Esperanza, Orcadas y San Martín», sostuvo el ministro.
Por su parte, el comandante conjunto antártico Edgar Calandin dijo a la prensa que se logró todo el abastecimiento del buque «en tiempo y forma, lo que nos permite desarrollar una campaña tranquila».
A su vez, el comandante apuntó que durante el viaje se brindará apoyo con más de 200 científicos a distintos programas antárticos de Perú, Uruguay, Colombia, Ecuador, Brasil y España.
«Esto nos posiciona estratégicamente en el sistema antártico internacional como un país de relieve en todo lo que se desarrolla en la Antártida. Así que, estamos contentos y esperanzados de que todo salga muy bien», agregó en diálogo con Télam.
Una vez que el ministro de Defensa impartió la autorización de zarpada, arrancaron las maniobras de partida y las chimeneas del buque empezaron a largar humo.
En el muelle, más de un centenar de familiares saludaba agitando sus brazos a la tripulación que estaba formada en los distintos pisos del buque.
Con el ruido estridente de la bocina del barco que sonaba una y otra vez, el rompehielos zarpó a las 9.55 en medio de una ovación de aplausos.
«Estamos un poco tristes porque ya lo extrañamos mucho, pero igual le vamos a mandar mensajes a papá», dijo a Télam Eymi de 7 años, quien llegó hasta el puerto con su mamá y sus tres hermanos para despedir a su padre, Fabio Colman.
Mientras Eymi saludaba al buque sacudiendo los dos brazos con una sonrisa, su mamá Karen contó a esta agencia que espera que su marido pueda tener conectividad.
«En las últimas campañas sí pudo mandar mensajes porque tenía buena señal y hablábamos bastante fluido por Telegram. En las anteriores campañas, cuando los nenes eran chiquitos, era un mail a la semana», explicó la mujer que este año está despidiendo a su marido por décima vez, pero aseguró que todavía no se acostumbra y que «igual siempre lo extraña».
Entre la multitud había quienes saludaban con alegría y otros que lloraban mientras el buque se iba adentrando en el Río de la Plata.
Dina Guaymás era una de las más emocionadas que viajó especialmente desde Salta Capital para despedir a su hija, Rocío Florencia Guaymás, de 33 años.
Rocío es cabo principal en Servicios Hidrográficos y oceanógrafa, por lo que durante esta campaña estará abocada a realizar estudios sobre los mares y oceános.
«Vine para despedirla y quedarme con sus mascotas en su casa», contó a Télam Dina y aseguró que se siente «por una parte contenta y orgullosa, pero por la otra triste porque da mucho miedo que estén tanto tiempo en el mar».
«La verdad que prefiero recibirla cuando vuelve. Ahora cuando se va los días no pasan nunca, eso es lo más triste», concluyó.
A medida que el buque se perdía en el horizonte, los familiares se fueron retirando del Apostadero Naval, aunque algunos niños y niñas todavía se querían quedar para gritarle al rompehielos «chau» o «goodbye».
El buque seguirá su viaje hacia Bahía Blanca y el primer desembarco en el continente blanco será en la Base Orcadas, la base que tiene la presencia humana de carácter estable más antigua de la Antártida.