Con la presencia del ex presidente de Uruguay José Pepe Mujica, la intendenta Mónica Fein, el gobernador Miguel Lifschitz y del intendente de Canelones Yamandú Orsiel, se realizó la charla “Los legados del Che”. El encuentro tuvo lugar Teatro Fundación Astengo en el marco de los festejos por el 90º aniversario del natalicio de Ernesto “Che” Guevara.
La charla también reunió a pensadores y exponentes de la cultura latinoamericana, como el embajador de Cuba, Orestes Pérez Pérez; el hermano del Che Juan Martín Guevara de la Serna; uno de sus amigos entrañables, Carlos Calica Ferrer y autoridades locales. Una gran cantidad de público se hizo presente para escuchar a los horadores.
Al comenzar el evento, el intendente de la ciudad uruguaya de Canelones Yamandú Orsiel destacó la importancia de la celebración: «Consideramos que es fundamental hoy, donde las debilidades están a la vuelta de la esquina, que la izquierda sea implacable con nuestra forma de conducirnos y no tentarnos cuando el poder nos pica los dientes».
Siguiendo con el encuentro, Miguel Lifschitz aseguró que «si estuviera el Che sentado entre nosotros, estaría feliz, con un pañuelo verde en el cuello, celebrando una conquista histórica». Además, agregó: «Festejamos estos 90 años en la víspera de otro acontecimiento histórico que son los 100 años de la reforma universitaria».
En su presentación, el gobernador de la provincia de Santa Fe ratificó su pensamiento sobre la importancia del Che en los jóvenes: «Sus principios éticos fueron inclaudicables a lo largo de toda su vida. En menos de 40 años se transformó en un icono de todos los jóvenes revolucionarios del mundo. Hoy sigue siendo una bandera de compromiso y de idealismo. Entregó su vida como pocos supieron hacer. Para nosotros es un orgullo poder ser parte de esta celebración».
Más tarde, llegó la palabra más esperada. El popular Pepe Mujica contó sus experiencias con Ernesto Guevara de la Serna: «El hombre es un ser utópico, necesita creer en algo para movilizarse. Hoy honramos al Che Guevara que es un símbolo en el que buscamos ese movimiento. Lo conocí al Che (porque alguna vez fui joven) por el año 61 en el Chaplin, recién nacida la revolución cubana».
«El Che es un personaje inolvidable. Aunque en esa época ya tenía un acento cubano, tropical, seguía manteniendo un algo propio del Río de la Plata, de nuestra cultura. ¿Por qué digo todas estas cosas? Porque el mejor homenaje que se le puede hacer a un revolucionario es ahondar en el pensamiento revolucionario», finalizó el ex presidente de Uruguay.