Política y Economía

Desafortunado discurso

Con claridad y dureza, una cartonera le escribió una carta abierta a Pichetto


Natalia Zaracho es una joven madre de la provincia de Buenos Aires, que fue cartonera muchos años y hoy es precandidata a la Legislatura de la provincia por el espacio que conduce Juan Grabois. Con claridad, sencillez y dureza, respondió a dichos del precandidato a vicepresidente de Mauricio Macri, el senador Miguel Ángel Pichetto, en el coloquio de IDEA, cuando dijo «ojalá haya menos cartoneros y más emprendedores tecnológicos«. «Eso puede decirlo alguien que tiene una casa calefaccionada, alguien que nunca se preguntó cómo hacer para darle de comer a sus hijos», expresó en el escrito.

Zaracho relató que en 2001 debió dejar la escuela y salir a juntar cartones porque su mamá se quedó sin trabajo. Destacó que se trata de un trabajo digno, que ayuda a cuidar el medio ambiente a través del reciclaje y con el que muchas personas pueden llevar la comida a sus casas.

La mujer fue contundente en el final de la carta, cuando consideró que Pichetto debería estar al servicio del pueblo “en lugar de menospreciar nuestro trabajo para beneficiar a los poderosos y reciclarse en el poder”.

Leé la carta completa:

Al Sr. Miguel Ángel Pichetto,

Ex jefe de bancada de la oposición, actual candidato a Vicepresidente de Macri

Mi nombre es Natalia Zaracho y fui cartonera muchos años, desde muy piba. Salí a juntar cartón y plástico en el 2001, cuando mi mamá se quedó sin trabajo durante un gobierno insensible como este actual (al que ahora usted apoya). Tuve que dejar la escuela para juntar unos pesos y poder comer.

Ayer usted dijo «que ojalá haya menos cartoneros y más emprendedores tecnológicos». Eso sólo puede decirlo alguien que tiene una casa calefaccionada, alguien que nunca se preguntó cómo hacer para darle de comer a sus hijos.

Mis compañeros y yo nos inventamos un trabajo porque muchas veces no sabíamos cómo llevar un plato de comida a nuestras casas, vivimos en condiciones precarias, sin cloaca, con calles que se inundan, sin muchos de los servicios básicos.

Tampoco espero que entienda lo que es vivir en una villa, como me tocó a mí. ¡Y no me da vergüenza! Estoy muy orgullosa de mi barrio y su gente trabajadora. Por suerte no hay gente como usted, que decide ir de candidato a Vicepresidente de un millonario que nos hambrea cada día. Un tipo que nos mintió, junto con la gobernadora Vidal, prometiendo obras que nunca llegaron, que dijo que iba a haber «pobreza cero», que no iba a haber inflación y hoy, otra vez como en 2001, muchas familias no pueden comprar los alimentos porque están carísimos o no tienen trabajo.

Juntar cartón y plástico para venderlo es algo que no sólo me dio de comer a mi y a mis hijos, sino a decenas de miles de familas que viven de esta actividad en Buenos Aires.

Es un trabajo duro, está mal pago y no tenemos los mismos derechos que cualquier trabajador/a. Por eso nos organizamos y luchamos todos los días. Pero el reciclado es una actividad digna, que nos da trabajo y además beneficia a toda la sociedad porque cuida la naturaleza. El material que se recicla es menos basura que se entierra. El gobierno de Cambiemos propuso el año pasado incinerar la basura, quemarla, aunque eso genere contaminación y le quite la fuente de trabajo a muchos de mis compañeros y compañeras.

La frase que dijo tiene la misma lógica que sus aliados: que los pobres desaparezcan o se jodan y que vengan las grandes empresas a hacer negocios, sin control del Estado, sin pagar impuestos. La tecnología y la ciencia, tienen que estar al servicio de la humanidad y de la madre tierra y no al revés. Si está al servicio de los ricos solo aumentará la desigualdad, y habrá más hombres y mujeres que, como yo, tengan que inventarse su propio trabajo.

Nosotros, los cartoneros y recicladores urbanos, inventamos este trabajo y lo hacemos cada día con mucha dignidad. Usted, que gana más de 150 mil pesos por mes, con todos los gastos pagos y privilegios que tiene, ¿puede decir lo mismo?

Debería estar al servicio del pueblo, en lugar de menospreciar nuestro trabajo para beneficiar a los poderosos y reciclarse en el poder.