El recorrido del rosarino a lo largo de la Copa del Mundo fue de menor a mayor y es el goleador de Argentina
El capitán de la Selección argentina, Lionel Messi, disputará este domingo su último partido por mundiales en la final ante Francia y pese a algunos problemas físicos, el astro rosarino llega en un nivel excepcional y batiendo récords.
«Quiero disfrutar mi último partido en un Mundial», irrumpió Messi una vez consumado el triunfo ante Croacia por 3 a 0 en las semifinales y agregó: «Siento mucha felicidad de poder conseguir esto y terminar mi recorrido en los Mundiales jugando mi último partido en una final».
El recorrido del rosarino a lo largo de la Copa del Mundo fue de menor a mayor y antes de soltar la frase que causó pánico en el mundo y sobre todo en Argentina, el capitán disputó seis encuentros en los que lideró a sus compañeros hasta el cruce decisivo, que marcará su gran revancha personal.
Messi comenzó de gran manera el debut de la «Scaloneta» al abrir el marcador ante Arabia Saudita con un tanto de penal y varias apariciones punzantes que lo tuvo con otro tanto y dos asistencias, pero las tres acciones mencionadas fueron anuladas y los árabes dieron vuelta la historia para llevarse el triunfo por 2 a 1 y dar la sorpresa mundial.
Tras el encuentro, las críticas del periodismo no tardaron en llegar, ya que el astro argentino decayó en su nivel junto al equipo, pero en la zona mixta, un Messi calmo y sereno pidió «que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados».
Las palabras del delantero de 35 años se tomaron a rajatabla, los 45 millones de argentinos creyeron y los otros millones de fanáticos esparcidos por el mundo también pusieron su granito de arena para que Messi cumpliera su palabra y encamine el triunfo ante México con el primer tanto y dando una asistencia para Enzo Fernández, quien firmó el 2-0.
Ya en la última fecha del Grupo C, Argentina no se jugó solamente el pase a los octavos de final, sino también el liderato de la zona, y si bien el ganador de siete Balones de Oro malogró un penal, fue clave en la victoria por 2 a 0 ante Polonia con un nivel sorprendente que contó con las conquistas de Alexis Mac Allister y Julián Álvarez.
Tras finalizar en la primera posición del Grupo, la «Scaloneta» debió medirse ante Australia -segundo de la zona D- por los octavos de final y el público de los «socceroos» se llenaron la boca de palabras provocativas para el futbolista surgido en Barcelona de España al asegurar «no saber quién es» y otros en pleno partido «¿Dónde esta Messi?».
Lo cierto es que el encuentro fue más disputado de lo que marcaban los papeles. El férreo bloque defensivo impuesto por el elenco australiano pareció irrompible hasta que apareció la figura del capitán: tras un despeje, una triangulación derivó en el pase gol de Nicolás Otamendi para que Messi ponga el 1 a 0.
Posteriormente llegaría un tanto más, de la mano de Álvarez, y el descuento del rival que tuvo como héroe a Emiliano «Dibu» Martínez con una tapada en la agonía del pleito para resguardar el 2 a 1.
En los cuartos de final, llegó el «Messi maradoneano»: en el cruce ante Países Bajos, la temperatura entre los protagonistas se fue elevando desde la previa hasta el final del encuentro.
El resultado fue 2 a 2 y Argentina venció en los penales 4 a 3, Messi convirtió de penal en el partido e igualó a Gabriel Batistuta como el argentino con más goles en mundiales, y se acercó hasta el banco de suplentes del entrenador Louis Van Gaal para hacerle el «Topo Gigio», ya que el neerlandés fue uno de los detractores en la previa.
Una vez finalizado el encuentro y la dramática definición por penales, el delantero del París Saint-Germain fue a buscarlo nuevamente al técnico rival, tuvo un cruce de palabras, le hizo el gesto que «cierre la boca». Una vez en zona de vestuarios, protagonizó el hecho más relevantes fuera de las canchas que se le conoció: se cruzó con el atacante Wout Weghorst y dejó para la historia el «¿Qué miras, bobo?. Andá pa´ allá».
Ya en semifinales, el astro argentino que fue subcampeón del mundo en Brasil 2014, encaminó la goleada ante Croacia con un tanto desde los doce pasos -Álvarez metió los dos restantes del 3 a 0- y se convirtió en el jugador con más capitanías, en el máximo anotador y en el futbolista con más partidos disputados en mundiales.
Además de batir todos estos récords, fue protagonista en dos ocasiones por su estado físico: en la previa al debut se sospechó de una lesión porque entrenó de manera diferenciada y en el último encuentro ante los croatas, se lo vio tocándose la zona del isquiotibial y se temió por su presencia, algo que quedó descartado una vez más.
En la previa a la final ante Francia, desde las 12 de Argentina, Messi acumula cinco goles y tres asistencias, liderando así ambas tablas de forma compartidas con Kyliam Mbappé y Antoine Griezmann. Además de buscar quedar como el único dominador, su objetivo principal será conquistar la ansiada Copa del Mundo, esa que se le hace esquiva al conjunto nacional hace 36 años, la misma que se le escapó a Lio hace apenas ocho temporadas en el Maracaná.