Comunicación online, iniciativas creativas y acción solidaria; algunas alternativas que permiten mantener la actividad durante el aislamiento
El aislamiento obligatorio no es un impedimento para que los cultos existentes en el país sostengan el vínculo con sus fieles a través de celebraciones religiosas a distancia, actividades formativas o culturales, asistencia espiritual, cadenas de oración en línea y un gran despliegue de acciones solidarias en tiempos de cuarentena.
Desde el viernes 20 de marzo, los templos, iglesias, mezquitas, sinagogas, permanecen con sus puertas cerradas, pero nunca interrumpieron sus múltiples actividades y contacto entre ellos.
«La comunicación con los líderes religiosos siempre se mantuvo y es permanente. Todos acataron los decretos oficiales que limitaban la actividad religiosa y se pusieron a disposición de las autoridades, en todos los ámbitos y en todo el país, ofreciendo una colaboración que consideramos muy valiosa», aseguró a Télam el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
Oliveri destacó «iniciativas como la campaña #SeamosUno, impulsada por el sacerdote Rodrigo Zarazaga y de la que participan Iglesias Evangélicas, la AMIA, Cáritas, Banco de Alimentos, que buscan entregar un millón de cajas con alimentos y elementos sanitarios en las barriadas más pobres del conurbano» y agregó además que «ya tenemos más 2500 camas puestas a disposición por instituciones religiosas -católicas y evangélicas-, en distintos lugares del AMBA».
Por su parte también el director general de Entidades y Cultos del Gobierno de la Ciudad, Federico Pugliese, destacó a Télam «la creatividad de las distintas comunidades que fueron encontrando la manera mediante los recursos tecnológicos y digitales para continuar con sus celebraciones y de esa manera acompañar espiritualmente a sus fieles».
«Aprendimos a habituarnos a este nuevo modo de convivencia virtual», confesó a Télam el rabino David Goldman de la Comunidad Bet El, quien señaló que «valiéndonos de recursos como Zoom, WhatsApp, Facebook y YouTube desarrollamos servicios religiosos, cursos virtuales de textos clásicos como Biblia, Talmud y filosofía, acompañamiento pastoral, espacios musicales y mensajes diarios de un minuto».
Goldman afirmó que «nos agradecen el acompañamiento y contención en estas horas en las que transitoriamente nos encontramos encerrados».
La comunidad judía no estuvo ajena a la sensibilidad social, Goldman contó por ejemplo que «organizamos una campaña para comedores populares: ´Un plato + para – cuarentenas con hambre'».
«El Espíritu no está en cuarentena y sigue animando a nuestras comunidades», señaló por su parte el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, que reconoció en un videomensaje que la decisión de «suspender el culto público no fue difícil, fue dificilísima», y afirmó que, «las celebraciones por ‘streaming’ nunca van a sustituir la liturgia compartida, pero permite al menos que la Palabra siga adelante».
Las distintas opciones digitales permiten a los fieles juntarse para rezar, organizar sus actividades o simplemente «seguir en contacto».
«Antes nuestras reuniones eran una vez al mes, ahora nos juntamos virtualmente todas las semanas», contó a Télam Roxana, del Movimiento de Entretiempo.
«Extraño las reuniones de los sábados en la parroquia, juntarme con los amigos, compartir mates, charlas, fútbol, guitarreadas, misa», dice Manuel, «pero por Zoom, menos el fútbol seguimos compartiendo esas cosas».
Charlas online, cursos, videoconferencias, apoyo escolar a las familias más vulnerables; aplicaciones para la lectura diaria del Evangelio, se replican por todas las diócesis del país.
Por otra parte, el compromiso asistencial ante la emergencia sanitaria y social mantiene activos a parroquias, movimientos y distintos grupos católicos.
Por ejemplo, se ofrecen ayudas como acompañamiento al personal de la salud: «La idea es asignar un padrino o madrina para rezar, dar palabras de aliento o mensajes de cariño de forma virtual a los que están en la primera línea del cuidado de la vida en medio de la pandemia», explica a Alejandra Grimaldi, de la parroquia San Benito, hasta compromisos más intensos como recolección, desinfección y armado de bolsones para entrega de alimentos a miles de familias en difícil situación.
«Convertimos la parroquia en un ‘hospital de campaña’ durante una guerra», afirmó el sacerdote José María «Pepe» Di Paola, referente del equipo de sacerdotes de villas y barrios populares, desde Villa la Cárcova en José León Suárez explicando las tareas que realizan los voluntarios de su capilla.
Por su parte, el vicepresidente de Relaciones Internas de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), pastor Christian Hooft, señaló que «llevamos más de 40 días de aislamiento, un acontecimiento inédito en la historia de la Iglesia evangélica en nuestro país y fue un gran desafío mantener activas las tareas de cada comunidad de manera virtual».
«La gente anhela fervientemente la posibilidad de celebrar sus reuniones y expresar su religiosidad de manera pública, sin embargo -señaló Hooft- la solidaridad y el amor al necesitado, llevan a los evangélicos a ejecutar en todo el país múltiples acciones solidarias».
Por su parte la comunidad islámica en la Argentina, que inició el viernes 24 de abril el «bendito mes de Ramadán», indicó que «esta pandemia no exime del ayuno», pero «no habrá Salat El Tarawih, ni romper el Ayuno en comunidad», al tiempo que animan a rezar «para que Allah nos libre y salgamos fortalecidos de esta pandemia», precisan desde el sitio web del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA).
Reflexiones, conferencias, cursos, charlas, meditaciones diarias en el mes de Ramadán se multiplican en los sitios de Facebook y Youtube, tanto de CIRA como del el Centro Cultural Islámico Rey Fahd, y no faltan acciones solidarias como la campaña de recolección de fondos «Hermano, no estás solo».