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¿Cómo detectar la ansiedad en los niños y qué hacer?


Se recomienda estar atentos a ciertas conductas y consultar un médico

Se recomienda estar atentos a ciertas conductas y consultar un médico

La ansiedad es un problema de la vida cotidiana en la actualidad. En algunos casos, también afecta a los niños y surgen las preocupaciones de los padres. Pero, ¿cuándo es necesario preocuparse?

En primer lugar, se definirá la ansiedad como una «reacción ante un estímulo percibido como amenazante, con sensación de malestar intenso, síntomas neurovegetativos, cognitivos y somáticos». Así lo enuncia la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria.

Si bien nunca es deseable que los niños tengan ansiedad, hay diversas características según los niveles de severidad. En los casos de que coincidan con el accionar de la ansiedad patológica sí habría que preocuparse.

Según indican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, CDC, USA, «cuando los niños no superan los miedos y las preocupaciones típicos de los niños pequeños, o cuando los miedos y las preocupaciones son tantos que interfieren con las actividades, puede que se diagnostique un trastorno de ansiedad».

Algunos ejemplos de distintos tipos de trastorno de ansiedad:

  • Miedo al estar separado de los padres (ansiedad de separación), a un hecho o cosa puntual (como los insectos o ir al dentista)
  • Temor a estar en lugares donde haya personas (ansiedad social)
  • Preocupación por el futuro y la posibilidad de que pasen cosas malas (ansiedad general)
  • Episodios reiterativos de miedo intenso e inesperado, acompañados de manifestaciones en el cuerpo (trastorno de pánico)

Es importante tener en cuenta que este tipo de datos de manera aislada, frente a algo pasajero, no implique que el chico esté frente a un trastorno de ansiedad. Por este motivo se recomienda no sobrediagnosticar y consultar un profesional.

No siempre es necesario preocuparse si el niño manifiesta ciertos grados de ansiedad, pero sí es fundamental estar muy atentos a los mismos, porque muchas veces no los exteriorizan y pasan desapercibidos. En caso de que se vuelvan reiterativos, hablar con el médico de cabecera.