El recuerdo del cierre del microcentro al tránsito particular, vigente hasta 2003, vuelve a preocupar a los empresarios
La reciente propuesta de la edila Anahí Schibelbein, vinculada al pullarismo, de abrir una mesa de rediscusión sobre las políticas de movilidad en el centro y microcentro de Rosario, ha generado un fuerte rechazo entre los comerciantes locales. La principal preocupación expresada por la Asociación Empresaria de Rosario es la posible restricción al ingreso y estacionamiento de vehículos particulares en el área central, una medida que, aseguran, podría afectar gravemente las ventas.
El recuerdo del cierre del microcentro al tránsito particular, vigente hasta 2003, vuelve a preocupar a los empresarios. A partir de ese año, la flexibilización progresiva permitió el ingreso vehicular total, lo que según los comerciantes trajo consigo un impacto positivo en la actividad económica de la zona.
“Promovemos proyectos de peatonalización que embellezcan los espacios comerciales, pero creemos que la circulación y el estacionamiento de autos particulares son esenciales para sostener nuestras ventas. Quitarle esa posibilidad al comprador sería perjudicial, especialmente en un contexto económico ya difícil”, expresaron desde el sector.
Un panorama comercial complicado
El temor de los comerciantes está respaldado por cifras que reflejan una caída en las ventas minoristas. Durante 2024, el sector acumuló una baja del 10% respecto al año anterior, con solo dos meses en alza (octubre y diciembre) frente a diez de descenso. Para los referentes del comercio local, cualquier medida que restrinja la movilidad en el centro podría profundizar aún más esta crisis.
La propuesta de Schibelbein, que surge de un informe donde usuarios sugirieron priorizar el transporte público y peatonal en el área comercial, contempla la posibilidad de limitar el transporte motorizado particular. Esto encendió las alarmas entre sectores como la Asociación Calle San Luis, quienes recuerdan el efecto positivo que tuvo la apertura del microcentro al tránsito vehicular hace dos décadas.
Reclamos por infraestructura y seguridad
Los comerciantes también señalaron la necesidad de resolver cuestiones de infraestructura antes de avanzar en cualquier restricción al ingreso vehicular. Entre las demandas se incluyen la ampliación de playas de estacionamiento, mejores alternativas de transporte público y garantías de seguridad para que trabajadores y clientes puedan circular sin preocupaciones a cualquier hora del día.
Desde la Asociación Empresaria remarcaron que el centro de Rosario depende de una afluencia constante de trabajadores, clientes y visitantes. Por ello, consideran que cualquier cambio en las políticas de movilidad debe ir acompañado de soluciones concretas que permitan un equilibrio entre las necesidades comerciales y las aspiraciones de transformación urbana.