El primer paso hoy es definir la constitucionalidad del juicio político
El segundo juicio político al ex presidente estadounidense Donald Trump, un hecho inédito en la historia del país, empezó hoy en el Senado y el primer paso importante será votar la constitucionalidad de un proceso que, por ahora, tiene escasas chances de prosperar.
El proceso, donde los 100 legisladores ejercen como jurado, comenzó con una estructura acordada con la oposición republicana y los abogados de Trump para «garantizar un juicio político justo y honesto del expresidente en el Senado», había explicado el líder de la mayoría demócrata y el hombre que encabeza la sesión, Chuck Schumer.
El líder de la bancada republicana Mitch McConnell se mostró «complacido» por haber llegado a un acuerdo con su contraparte demócrata para un «proceso justo y un cronograma estimado para el próximo juicio en el Senado», que «les dará a los senadores como jurados tiempo suficiente para recibir el caso y los argumentos».
El primer paso hoy es definir la constitucionalidad del juicio político.
Los abogados que representan a Trump sostienen que todo el juicio político es “inconstitucional” porque el magnate no es más presidente.
Los llamados managers, los congresistas demócratas que funcionarán como fiscales, argumentan que el proceso busca garantizar que el exmandatario asuma la responsabilidad política del ataque contra el Congreso, otro hito en la historia del país.
Los managers demócratas comenzaron su presentación mostrando un video del discurso del 6 de enero pasado de Trump, cuando parado frente a la misma multitud de simpatizantes que luego atacaron el Capitolio, acusó a los legisladores de estar intentando «certificar un fraude» electoral y llamó a la gente a marchar hacia el Congreso, «pelear como locos», para que eso no suceda, según mostró la cadena CNN.
Cada parte tiene hasta cuatro horas para presentar argumentos sobre si el impeachment es constitucional y si el Senado tiene la jurisdicción para juzgar a un expresidente. Se necesita la mayoría simple para que el proceso avance, algo que ocurriría sin problemas ya que el pleno está dividido 50-50 entre los dos partidos y la vicepresidenta Kamala Harris tiene el voto del desempate.
Si esto sucede, mañana tocará la primera presentación de los argumentos de fondo a la acusación de «incitar a la insurrección».
Los managers demócratas y los abogados de Trump empezarán a presentar sus argumentos y cada uno tiene un máximo de dos días con exposiciones que no pueden superar las ocho horas cada jornada.
Luego de ambas presentaciones, los senadores tendrán un total de cuatro horas para interrogar a ambas partes y, posteriormente, habrá dos horas para discutir sobre si se deben considerar mociones para citar testigos y presentar pruebas que, de ser permitido, podría alargar el debate.
En el cierre, cada parte tendrá hasta cuatro horas para hacer sus alegatos finales antes de la votación sobre la acusación.
El cronograma no supone una cantidad de días determinados ya que dependerá de la decisión de las autoridades del Senado de cuándo convocar a sesión.
Sin embargo, se cree que el flamante oficialismo demócrata intentará resolverlo lo antes posible para continuar con la discusión y votación de los primeros proyectos de ley que envió al Congreso el presidente Joe Biden.
Con una bancada demócrata cohesionada detrás del objetivo de condenar a Trump, el oficialismo necesita convencer a 17 senadores republicanos de votar en contra de su compañero de partido para que el exmandatario no sea absuelto por segunda vez en dos años.
Por ahora, los pronósticos más generosos hablan de tres o cuatro republicanos que podrían romper con la línea mayoritaria de su bancada.