La agresión se viralizó rápidamente en varias plataformas digitales
Tres agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), la fuerza de choque de la Policía colombiana, fueron suspendidos de sus cargos por agredir a dos periodistas y a un joven durante una protesta en Bogotá, informaron las autoridades.
Los uniformados que «agredieron a dos periodistas y a un joven (…) fueron citados de forma inmediata (…) y separados de sus cargos y sus funciones», precisó el general Óscar Gómez, comandante de la policía de la capital, en un video subido a redes sociales, informó la agencia de noticias AFP.
La agresión se viralizó rápidamente en varias plataformas digitales gracias a un video donde se ven tres agentes golpear en el suelo a un joven, grabado por una periodista que también fue atacada. También a través de las redes sociales, el presidente colombiano Iván Duque se refirió al caso
«Ante las actuaciones de miembros de la Policía que se excedieron en el uso de la fuerza en la localidad de Suba, la institución inició de inmediato la investigación formal», indicó en Twitter.
Más temprano, manifestantes apedrearon en la misma localidad del norte de la ciudad al vehículo en que se movilizaba la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, luego de presentar en un evento público el proyecto de la segunda línea del metro de Bogotá.
No se reportaron heridos por este incidente y las autoridades no precisaron si los dos hechos están relacionados.
La feroz represión cometida por la policía contra las manifestaciones que desde el 28 de abril protestan contra el Gobierno de Duque fueron denunciados por organismos de derechos humanos y la comunidad internacional.
Más de 60 personas murieron durante el estallido social, según autoridades civiles y la Defensoría del Pueblo (ombudsman). La ONG Human Rights Watch acusa a la fuerza pública de estar implicada en al menos 20 de esas muertes.
El Gobierno, en tanto, asegura por su parte que grupos dedicados al narcotráfico y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida del país, se camuflan entre los manifestantes para generar caos.
Las marchas se iniciaron por una reforma impositiva finalmente retirada, pero mantuvieron su fuerza e intensidad contra la militarización de las calles, en reclamo de una reforma a la policía y un estado más solidario para lidiar con los estragos económicos de la pandemia, que elevó la pobreza del 37% al 42% de la población.
Aunque el frente más visible de las movilizaciones suspendió las protestas hasta el 20 de julio, otros sectores inconformes mantienen activas sus marchas, concentraciones y bloqueos, que según el Gobierno han llevado la pandemia a niveles récord de muertes y contagios.