Por Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF.
Si uno busca «colaciones» en internet aparecen un sinfín de notas y archivos en donde se habla de que comer entre comidas en necesario para llevar a cabo una vida saludable y, por supuesto, para el descenso de peso, dato no menor si nos preguntamos ¿cuál es el origen de las colaciones? Las dietas: propuestas que nos invitan a restringir alimentos y, muchas veces, comer cada un par de horas para no llegar con hambre a la próxima comida.
Para responder a la pregunta de si son necesarias las colaciones o no, primero hay que entender que el proceso alimentario es absolutamente individual y personal. Si bien hay algunos parámetros y características para que una alimentación sea saludable desde el punto de vista nutricional, la manera de alimentarse de cada uno debe ser funcional y estar adecuada a su estilo de vida y salud. Por lo que no hay una única forma ni propuesta. Dicho esto, podemos empezar a hablar de colaciones.
Las colaciones son pequeñas comidas que se realizan entre las comidas principales. A lo largo del tiempo hemos sido testigos de numerosas dietas que nos invitan a comer cada dos o tres horas con el objetivo de llegar más «controlados» a la próxima comida. Esto nos aleja de algo muy importante a la hora de alimentarnos: nuestras sensaciones corporales. Sentir hambre física es una de las formas en la que nuestro cuerpo se comunica para que sepamos que necesitamos nutrientes. Frente a esto, la búsqueda de alimentos (nutritivos) es la estrategia más exitosa. Por lo que, si la sensación aparece entre el desayuno y el almuerzo, realizar una colación es una opción sumamente viable y buena. Pero consumir alimentos solo para evitar sentir hambre no es el camino correcto y colabora con nuestro «comer en piloto automático».
Si necesitas comer algo entre tus comidas principales la fruta es la mejor opción, reúne las características de ser rica, fácil de transportar, nutritiva y más económica que algunos productos ultraprocesados. Otras opciones podrían ser frutos secos, alguna granola integral, yogurt natural y más.
Entonces, no podemos catalogar como buena o mala a una colación, solo es comida, un recurso que puede ayudarnos a satisfacer sensaciones de hambre entre comidas. Es importante cuestionarnos aquellos consumos que nos han inculcado muchas veces en dietas, haciéndonos creer que llegar con hambre a las comidas no es bueno para el descenso de peso o la búsqueda de la salud.
Te invito a escuchar tu cuerpo, a escucharte.