Opinión
Política y Economía

Cobardías varias, falsos dilemas y especulación política


Por Leo Ricciardino

El gobernador Omar Perotti y el intendente Pabklo Javkin, pusieron en evidencia el temor casi reverencial que tienen ante ciertos planteos de sectores medios, poco concientizados, de los que creen haber recibido algún respaldo electoral. No hay otra manera de explicar las febriles negociaciones ante el gobierno nacional en pos de lograr zafarse de la calificación de zona de Alarma Epidemiológica que dejó sin clases presenciales a las escuelas de los departamentos Rosario y San Lorenzo. Se entiende que, más allá de las buenas relaciones con el gobierno nacional, Javkin y el intendente de San Lorenzo Leonardo Raimundo (UCR) actúen como opositores que son del Ejecutivo nacional pero para Perotti tiene que haber significado una operación de cálculo formidable: quedar mal con un grupo social medio encaramado en el genérico “padres por la educación” o respaldar al gobierno nacional cuyo proyecto –se supone- que comparte.

Pero incluso es llamativo que intendentes peronistas como Roly Santacroce de Funes se haya visto obligado a opinar sobre una falsa disyuntiva (los que proponen suspender clases presenciales por el crecimiento de casos de contagio y para bajar la circulación, serían enemigos de la educación. Versus los que quieren sostener clases presenciales a como de lugar sin mirar las consecuencias sanitarias, que serían los “amigos” de la educación); cuando su territorio no se veía afectado por el decreto nacional al que en su momento adhirió la provincia recortándolo a una semana.

Dicho sea de paso, el gobernador santafesino jugó en esta oportunidad la ficha que más le gusta: la del medio. Como lo hizo al momento de votar por la despenalización del aborto y como también lo ensayó en la polémica desatada por la resolución 125 sobre las retenciones móviles. Ese “ni tan calvo, ni con dos pelucas” que a veces exaspera y neutraliza posiciones pero que también impide capitalizar muchas decisiones.

Si Perotti y Javkin actuaron como actuaron en esta coyuntura, ¿cómo no entender entonces a Horacio Rodríguez Larreta que además de opositor nacional gobierna un distrito con un ingreso per cápita parecido al de Milan? Encima acicateado por la feroz interna de Juntos por el Cambio donde Mauricio Macri entendió que su único camino es mandar a incendiar todo. Ahora le apuntan, como siempre, a Cristina Kirchner la decisión de quemar los puentes con el jefe de Gobierno porteño; pero fue ese mismo mandatario de CABA el que llegó hasta dónde pudo con el diálogo.

Hasta que empezó a avanzar el año electoral y hasta que su electorado y los más encumbrados dirigentes de su espacio lo acorralaron y le facturaron sus buenos modos con el peronismo. Lo mismo casi que a la inversa le facturan al presidente Alberto Fernández que, en este último tiempo, expuso sin medias tintas y en más de una oportunidad sus convicciones y valentía políticas.

Mientras tanto, otros miles de padres por la educación pero con conciencia social tratan de hacerse escuchar y decir “aquí estamos los otros padres, también de clase media, también de escuelas del centro” que no quieren que sus hijos se arriesguen en la pandemia y que también sufren las pérdidas en la formación de sus hijos. Pero adrede los grandes medios los dejan afuera de la agenda y les bajan el precio y los hacen parecer minoría peronizada cuando no es así.