Informes CLG

365 días de dolor

Claudio Rodríguez: «Mi hermano me contó que el buque fallaba»


Por Matías Gregorio

24 de octubre de 2017. Hernán Ramón Rodríguez levanta el teléfono y llama a su hermano Claudio Rodríguez. Al otro día, el jefe de máquinas del ARA San Juan debía subirse a la flota en la Base Naval de Mar del Plata para emprender una nueva misión. “Estoy preocupado porque el buque está fallando. El fierro no está para aguantar 45 días de navegación”, se sinceró Hernán. “Hermano, bajate, pedí licencia o renunciá”, le respondió Claudio. Pero el maquinista se subió. Y no volvió.

Oriundo de General Alvear, Mendoza, a sus 43 años, Hernán llevaba 25 años de carrera en la Armada, 20 como maquinista de submarinos y más de 10 arriba del ARA San Juan. Al momento de partir al mar, el suboficial mayor estaba casado con Marcela Moyano, una vecina de su pueblo con la que comenzó una relación por Facebook en 2012 mientras él realizaba una misión en la Antártida. Producto del matrimonio, tuvo dos hijos –Virginia y Nicolás-, más Francisco, resultado de una relación anterior.

“Más no puedo pedir, me siento muy contento de ser submarinista y muy orgulloso, es lo más lindo que me ha pasado”, reconocía el mendocino en un ciclo de entrevistas realizado por la Armada Argentina en septiembre de 2016.

El 15 de noviembre el sumergible perdió contacto con la Armada Argentina con 38 tripulantes y 6 buzos tácticos a bordo. De allí en adelante llegaron días de informes, ansiadas conferencias de prensa, búsquedas, teorías, dolor y reproches. A días de cumplirse un año del hecho, y sin novedades del submarino y las 44 vidas, CLG dialogó con Claudio Rodríguez para conocer en primera persona el testimonio de los familiares.

Hernán Rodríguez era el encargado del departamento de máquinas del submarino.

—¿En qué estado se encuentra la búsqueda?

—El 15 se cumple el plazo mínimo de 60 días que tenía la empresa Ocean Infinity para buscar la flota. Hay tres familiares en el buque junto con la compañía. La firma decidió irse porque tiene que llevar el buque a dique seco (NdR: nombre de las instalaciones portuarias destinadas a poner las embarcaciones fuera del agua para efectuar reparaciones en su parte externa). Ellos han manifestado la voluntad de volver si el gobierno argentino extiende la contratación. De aquí en adelante nos tendremos que dedicar a que la Armada extienda lo pautado para que puedan seguir trabajando hasta abril. Sería en nuevas zonas porque desde la empresa le aseguraron a la jueza y a los jefes de la Armada que el submarino no está en la zona 1 y 2, que eran las de mayores posibilidades. Van a diseñar nuevas zonas y otras estrategias de búsqueda.

—¿Qué pensás que fue lo que realmente sucedió con el submarino?

—Mi hermano me había manifestado el 24 de octubre que el buque fallaba. Hablé con él ese día y me manifestó su preocupación por que este era un viaje de 45 días, cuando los anteriores no pasaban los 20. «‘45 días es mucho’», me contó. Como hermano, le dije que se baje, que pida licencia o hasta renuncie. Dos amigos de él y mi cuñada también le dijeron lo mismo. Era el más antiguo a bordo de la flota, sabía mucho de lo que estaba hablando. En un viaje que hicieron en julio se quedaron sin energía y alumbraban con los celulares adentro. La teoría más fuerte es esa: falló, se les fue abajo y no lo pudieron remontar. Lo que no sabemos es a qué profundidad se hundió. Otra teoría señala que hubo una explosión, pero donde afirman que ocurrió no se encontró ningún rastro. Cada 18 meses el submarino tiene que ir a dique seco, pero ya habían pasado 49 meses sin revisiones.

En agosto, el papa Francisco recibió a Claudio Rodríguez en el Vaticano. «Rezo por ellos», dijo el Sumo Pontífice.

—¿Creés que hubo negligencia de la Armada y del Ministerio de Defensa al dejar salir un submarino en esas condiciones?

—Por supuesto. Si sos piloto de carrera, te repararon el motor y te dicen que en la vuelta número 18 tenés que frenar porque hay que hacerles reajustes para que no reviente, y cuando llega ese momento finalmente el mecánico te dice seguí, seguí… y después se rompe… ¿de quién es la culpa? Del que te dijo que sigas. Vos sos el piloto nomás. Los chicos estaban arriba de un submarino que le habían hecho una reparación de media vida, que, para comparar, en un auto representa una reparación total. Por lo tanto, luego de eso, a los 19 meses debía ser enviado para ajustar las modificaciones. Y ya llevaban 49 meses navegando. Entonces la culpa es de alguien.

—¿Qué valoración hacés de la forma de comunicar de la Armada y del Ministerio de Defensa, donde desde un principio algunos familiares afirmaron que se ocultó información y hasta tiempo después sostuvieron que se crearon falsas ilusiones?

—Ellos manipulan. Mienten. Desde el primer día. Mintieron cuando dijeron que podían venir navegando, también cuando nos afirmaron que encontraron balsas porque luego se confirmó que eran de un barco chino, y así con muchas cosas más. Ellos mintieron en todo momento, pero la más grande fue cuando nos enteramos a dos días de estar en la Base Naval que había habido un principio de incendio. A pesar de nuestro conocimiento, nos negaban en la cara este hecho. Y luego, a los meses salió que todo fue por un principio de incendio en las baterías. Nos ocultaban la información de lo que había ocurrido. A un año del hecho, podemos comprobar que nos han mentido hasta en la posición, porque la empresa que está trabajando le comunicó a la jueza y a los jefes de la Armada que en la zona donde los mandaron no hay nada.

20 años después de haberse conocido, Hernán y Marcela volvieron a contactarse y formaron una gran familia.

—Desde tu mirara personal, ¿sentís que algún día lo van a encontrar?

—Ojalá me equivoque, pero yo creo que va a ser muy difícil porque no están diciendo la verdad. No nos dicen dónde realmente está. Nos va a costar mucho que esta gente diga cuál era la posición real. Creo que con este gobierno no lo vamos a poder encontrar porque están encubriendo, desde los ministros hasta el presidente y los jefes de la Armada. Yo creo que ellos no lo quieren encontrar porque si se da así, el submarino expondrá la verdad e irá gente presa. Por esos los tres veedores del Ministerio de Defensa sacaron el informe anunciando que fue una falla humana. Es una cosa de locos… es como si un piloto de avión dejara la puerta abierta en pleno vuelo. Los chicos ese error no lo tienen porque saben que se mueren. Lanzan estas teorías a propósito para echarle la culpa a los tripulantes y que nadie asuma la culpa. ¿Cómo saben que fue así?

—¿Cómo era Hernán?

—Nosotros venimos de una familia muy humilde. Hernán a los 17 años se fue junto con otros cuatro compañeros del pueblo hacia la Armada de Mendoza. Dos se volvieron y tres se quedaron allí para buscar un futuro mejor. Comenzó a andar muy bien, terminó el secundario y forjó una gran carrera. Llevaba 20 años arriba de submarinos, era mecánico, dio la vuelta al mundo en la Fragata Libertad y estuvo 1 año y 4 meses en la Antártida en 2012. Un tipo muy preparado. Además, era muy querido y muy personaje. Cuando fuimos con mi madre a la Base Naval de Mar del Plata nos trataban muy bien al comentar que éramos los familiares de Hernán Rodríguez. Una persona con mucha polenta y muy respetado dentro de la Armada. Amaba mucho su trabajo.

—¿Cómo se vive con el dolor y cómo se apoyan entre las familiares de todos los tripulantes?

—Todo este dolor, la amargura y lo que sufrimos lo vamos llevando adelante con la esperanza de encontrarlos. Eso es lo que nos mueve y lo que nos moviliza y nos mantiene en pie: el hecho de seguir la búsqueda.

Intervención de Claudio Rodríguez en la Comisión Bicameral del Senado que investiga la desaparición del submarino: