CLG dialogó con el actor que brilló en "El Marginal" y vuelve a la ciudad para actuar en la obra "Los Perros" el próximo fin de semana
Por Mario Luzuriaga
El actor Claudio Rissi está viviendo su mejor momento artístico, hace muy poco tiempo le dio un cierre a su personaje de Mario Borges en «El Marginal»; y ahora se metió de lleno al teatro.
El próximo fin de semana llega junto con María Fiorentino, Melina Petriella y Patricio Aramburu con la obra «Los Perros», de Nelson Valente. Este espectáculo pone en relevancia los conflictos que hay en una familia. Se estará presentando en el teatro La Comedia.
Rissi dialogó con CLG acerca de la obra y también su paso por «El Marginal».
—¿Cómo recibiste esta obra?
— Me gustó muchísimo la obra y tiene una dramaturgia perfecta. Mi personaje me gustó porque me hace descansar del personaje que hice en «El Marginal». La obra es la estrella por suerte de este espectáculo. Es picante, tiene diálogos muy inteligentes y te encontrás que todo conduce a un lugar tremendo; donde explota todo en esta familia.
— ¿Te gusta tomar estos roles que están por fuera del drama?
— Si por supuesto a través de la comedia. Me gusta mucho atravesar el humor, incluso en los personajes duros que encaré. Por lo menos en el último y el más trascendente (Mario Borges en «El Marginal), tiene mucho humor ácido y mordaz. Me gusta actuar. Hay algunos roles que me divierten más o me ponen más desafíos. Si no me entusiasman los roles es muy probable que no lo haga porque no estaría yendo a fondo, y a mí me gusta trabajar con mucho rigor.
— Sos un tipo que has estado mucho en cine y tele, pero ¿cómo te sentís arriba del escenario?
— Muy bien, es el origen de todo. En el teatro no existe el primer plano, tenés que lograrlo vos para concentrar la atención del espectador. En televisión y en cine , el primer plano lo elige el director o el montajista; en teatro todo el desafío es que todo el cuerpo está al servicio del rol y la situación. Por eso para mí es el origen absoluto.
— No me puedo pasar por alto tu personaje de Mario Borges en «El Marginal». ¿Qué satisfacciones te dejó?
— Si porque fueron muchos años y se ha construido un vínculo familiar. Fueron cinco temporadas y seis años en hacerla, entonces al principio se solidificó la relación; tanto es así que después de 10 horas de filmación nos quedábamos comiendo un asado en la cárcel. Eso no es común que se de y hubo una integración muy grande con los compañeros actores, con el equipo técnico y la producción. Creo que es una idea que baja Sebastián Ortega a la hora de formar grupos. Tienen esa idea de formar familias en el trabajo y que te dan ganas de ir a trabajar.
—Eso se pudo transmitir ya que el público quiere mucho a tu personaje como al de Nico (Furtado)
— La química con Nico fue fruto del trabajo porque no nos conocíamos. El es muy joven y había que hacer un trabajo de integración para que el vínculo se establezca y sea creíble después en la historia. Logramos eso y también de convertirnos en amigos fuera del set, nos queremos mucho y compartíamos muchas historias, ideas y correcciones en las escenas. Nunca hubo una cuestión de competencia y era siempre en beneficio del crecimiento de las escenas y de nuestros personajes. También esto se dio con Gerardo Romano y esos afectos se fueron solidificando, que organizaba comidas cada tanto para con mis «Borges», mis «chicos» y con el director Alejandro Ciancio. Venían los camarógrafos y planeábamos el trabajo. Hice grandes amigos como Daniel Pacheco y Marcelo Peralta, confiamos mucho entre nosotros.