Política y Economía
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Clara García: «Una política de shock beneficia a los que más tienen y perjudica a los que tienen menos»


La presidenta de la Cámara de Diputados y Diputadas de Santa Fe dialogó con CLG y habló del rol de la mujer, la situación social en Argentina y el vínculo con el gobernador Maximiliano Pullaro

El rol de la mujer, la situación social en Argentina y el vínculo de la Cámara de Diputados de Santa Fe con el Poder Ejecutivo fueron algunos de los temas a los que Clara García, la dirigente socialista y primera presidenta de la Cámara de Diputados de Santa Fe, se refirió durante una entrevista con Con la Gente Noticias y EQC Noticias.

Respecto del vínculo con el gobernador Maximiliano Pullaro, la ex esposa del fallecido gobernador Miguel Lifschitz, dijo que “nos formamos en partidos políticos distintos, pero con un concepto de militancia que es un concepto de vida. Es una relación muy cercana, con mucha comodidad en la manera de trabajar”, sostuvo.

—¿Está completamente reivindicado, instalado adecuadamente, el rol de la mujer en el ámbito político?

—El rol de la mujer viene creciendo al ritmo de los derechos ganados. Me tocó en mi discurso, cuando tomé el cargo de presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, decir justamente unas palabras porque la historia me ha puesto en el lugar de la primera mujer que preside la Cámara en toda la historia de la provincia de Santa Fe. Dije que no se trata ni de un logro personal, ni de una victoria que tenga que ver con capacidades propias, sino que se trata de un camino que abrieron otras mujeres antes. Algunos fueron caminos de luchas, de gritos, de calles, de manifestación y otros han sido caminos más silenciosos de muchas que aun con miedo, con temor por sus vidas, han luchado por los derechos de las mujeres. Entonces que hayamos tenido primero el cupo y la paridad y hoy que las mujeres ocupen distintos puestos en política es el fruto de eso. Días atrás nos reunimos cuatro mujeres que lideramos los principales órganos legislativos, la vicegobernadora Gisela Scaglia que también representa a la Cámara de Senadores, las dos presidentas de los Concejos Municipales de Rosario y de Santa Fe, María Eugenia Schmuck y Chuchi Molina, y en mi caso como representante de Cámara de Diputados. La verdad es que venimos de trayectorias distintas, pero nos une una fuerte militancia política y un compromiso para que desde este lugar que estamos sigamos defendiendo los derechos de las mujeres.

—Si bien forman parte de una alianza, tanto usted como el gobernador pertenecen a partidos políticos distintos. ¿Cómo es la relación con el Poder Ejecutivo?

—Es una relación muy cercana, con mucha comodidad en la manera de trabajar. Con Maximiliano Pullaro nos formamos en partidos políticos distintos, sí, pero con un concepto de militancia que es un concepto de vida. No es una militancia de un rato, de un tiempo, de un momento y después la vida pasa por otro. Las vidas están entrelazadas con la militancia política y ahora lo están con la gestión de lo público. El famoso 24×7, es decir trabajar todo el día, todos los días es verdad, es así. Uno siente que cuando la gente te ha dado tanto apoyo (Maxi ha sacado una cantidad de votos histórica, nunca ningún gobernador en la provincia obtuvo tantos votos como él y en mi caso soy la segunda persona más votada de toda la provincia, más que en los otros cargos) entonces los dos tenemos orgullo por eso trabajamos sin parar siempre. Debemos cumplir con el mandato que nos fue dado.

—¿Y cómo es la relación entre los distintos bloques en la Cámara?

—En la Cámara de Diputados estamos logrando un diálogo y una cantidad de apoyos que exceden a nuestra mayoría automática. Podríamos haber elegido un camino más simple de levantar la mano y punto, pero sin embargo nosotros entendemos el respeto hacia las otras ideas políticas y valoramos el aporte que puedan hacer desde otra fuerza. Y bueno, todas las leyes las hemos sacado algunas por unanimidad, otras por una importante cantidad de votos.

—¿Cómo se encontraba la provincia cuando asumieron?

—Una situación muy mala, (Omar) Perotti ha sido muy mal gobernador, con un equipo que se veía desarticulado y que ahora uno advierte en obras paralizadas, ministerios con deterioros y demás. Yo creo que cuando uno accede a un cargo público tiene que tener el cuidado de que los edificios, la arquitectura y las personas que trabajan allí, no son del espacio político que ganó, son patrimonio de la gente y hay que cuidarlos. Entonces, cuando uno ve cementerio de patrulleros sin arreglar, ambulancias frenadas por falta de arreglos, colegios que se les cae el techo, ministerios totalmente faltos de mantenimiento, se llega a la conclusión que no ha habido cuidado por lo público. Eso que se ve, trasunta lo que no se ve que es no haber tenido un buen diagnóstico, no haber armado planes estratégicos de gestión y no haber armado conexión de equipos. Todas estas cosas, al dar vuelta la página, sí lo tiene el gobierno de Maximiliano Pullaro.

—Nuevo gobierno en el orden nacional, cambios rotundos como libertad en fijación de precios, alquileres, prepagas y quita de subsidios, ¿cómo lo ve?

—Siempre que un gobierno en esos temas decide una política de shock beneficia a los que más tienen y perjudica a los que tienen menos. Es como exigir libertad en la fijación del precio del combustible, pero eso es enorme libertad para las petroleras y es enorme condicionamiento para el ciudadano de a pie que tiene que comprar la nafta al doble de su precio. La libertad, como concepto, encuentra en el Estado el equilibrio entre el que es poderoso y el que no lo es, pero en este caso lo que se hace con esta libertad es beneficiar a los formadores de precios y eso lo estamos viendo en los alquileres más caros, los servicios públicos más caros, los precios de todas las cosas. Me tiene aterrada pensar que va a ser febrero cuando las familias tengan que comprar las mochilas y los útiles para la escuela. Todo aumentó de una manera escandalosa. No veo al gobierno con la sensibilidad para que cuando se toman estas medidas entiendan que hay que proteger a los que más sufren. No lo veo.