Durante una minuciosa inspección del departamento, los agentes de la Gendarmería Nacional incautaron más de $46 millones, $5.000 dólares estadounidenses, 21.000 euros y 23.000 reales brasileños, todo en efectivo.
El pasado martes, las autoridades de la policía y la Gendarmería Nacional se encontraron con una sorpresa inesperada mientras realizaban un allanamiento en un edificio de Santa Fe. Lo que inicialmente parecía ser una operación para recuperar electrodomésticos robados se convirtió en un descubrimiento asombroso de una gran cantidad de dinero en efectivo y documentos financieros de gran valor.
El allanamiento fue ordenado por el fiscal Arturo Haidar del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y llevado a cabo por agentes de la Región I de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en un departamento ubicado en la torre Amarra Center II de la zona portuaria de Santa Fe.
Cuando los agentes llegaron al departamento y exhibieron la orden de allanamiento al actual inquilino, se sorprendieron al encontrar una mesa cargada con millones de pesos en efectivo a simple vista. Esta sorprendente revelación llevó a los agentes a interrogar al ocupante del departamento, pero sus respuestas plantearon más preguntas que respuestas.
Ante la sospecha de que este descubrimiento podría estar relacionado con una operación de lavado de dinero, se contactó a la Agencia de Investigación Criminal, que a su vez notificó a la justicia federal con sede en Santa Fe. El fiscal federal Walter Rodríguez y otros funcionarios federales se presentaron en la escena junto con oficiales y suboficiales de la Gendarmería Nacional para llevar a cabo una investigación más profunda.
Durante una minuciosa inspección del departamento, los agentes de la Gendarmería Nacional incautaron más de $46 millones, $5.000 dólares estadounidenses, 21.000 euros y 23.000 reales brasileños, todo en efectivo. Además, se encontraron numerosos cheques por valores millonarios y documentos comerciales.
Según la evaluación inicial de la situación, el ocupante del departamento estaba relacionado con una cuenta bancaria a nombre de terceros en una entidad crediticia local. Se sospecha que estas terceras personas podrían estar actuando como prestanombres o testaferros, lo que ha llevado a una investigación sobre posibles delitos de defraudación.
Este sorprendente hallazgo ha desencadenado una serie de operativos adicionales que se llevaron a cabo en base a la información proporcionada por los investigadores de la Región I de la Agencia de Investigación Criminal AIC y la colaboración de las autoridades federales y la Gendarmería Nacional. A medida que la investigación continúa, se espera obtener más detalles sobre el origen y la finalidad de esta gran cantidad de efectivo y documentos financieros incautados.