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Cifra récord de contagios: una realidad que se aguardaba


Foto: Juan José García

Gran parte de la ciudadanía no cumple con los protocolos recomendados y las autoridades de todos los niveles no han estado a la altura de la circunstancias

Resulta triste expresarlo, pero no puede obviarse: que el país haya superado este martes la barrera de los veinte mil contagios era una circunstancia lamentable que debía aguardarse. No es solo el efecto natural del virus, sino la falta de respeto con que una parte de la sociedad argentina ha tratado al Covid-19, no cumpliendo con los protocolos recomendados para mitigar las consecuencias de este coronovirus.

Ausencia de distanciamiento, mal uso y no uso directo de la mascarilla, aglomeraciones, fiestas, como si nada ocurriera, no podían dar como resultado otra cosa que no fuera esta cifra preocupante, la más alta desde que comenzaron los contagios en la Argentina.

Hay que decirlo, las autoridades de todos los niveles no han estado a la altura de las circunstancias en los últimos meses. Todo lo que en un principio se hizo para resguardar la salud de los argentinos, se dejó de hacer cuando los contagios fueron aumentando. No se trata de restringir actividades insensatamente en una economía devastada, sino de que se cumplan elementales medidas precautorias.

Este medio ha publicado, no hace muchos días atrás, una nota en la que se daba cuenta de la falta de control en la ciudad de Rosario de claras situaciones reñidas con la prevención y la buena salud. Sin contar, por otra parte, que no han habido ningún tipo de medidas para hacer entrar en la sensatez a aquellas personas que no tuvieron ni tienen el mínimo respeto, indispensable, por la salud del prójimo.

Esta situación no es nueva en un país en la que una parte de la sociedad se ha mal acostumbrado a infringir las normas elementales de convivencia, en desmedro de la otra parte que quiere vivir en orden. Lo alarmante, es que estas conductas prosigan cuando está en juego, ni más ni menos que la salud de las personas y hasta la propia vida.