Por Diego Carballido
La biblioteca “Mujeres de la Plaza” que funciona en barrio Alvear es un espacio colectivo sostenido desde hace casi diez años con mucho esfuerzo por un grupo de vecinas de la zona. Las dificultades económicas del barrio a lo largo de este año obligaron a la biblioteca, pensada originalmente como un lugar de esparcimiento y capacitación, a tener que ofrecer también una copa de leche, aunque una de sus principales referentes, Elda Pedraza, en diálogo con CLG, dejó en claro que “siempre tratamos de romper con el asistencialismo estructural e intentamos que nuestra acción sea transformadora para el barrio”.
Los inicios de la biblioteca “Mujeres de la Plaza” se remontan al año 2009, cuando un grupo de vecinas decidieron armar una feria en la Plaza Santa Isabel de Hungría del barrio. Al poco tiempo, se fueron sumando más familias y se formó un grupo de trabajo que luego se acopló a los espacio de Economía Solidaria que se abrieron en el Distrito Sudoeste municipal. Hasta que finalmente, desde hace cuatro años, este grupo de mujeres ha logrado establecerse en las instalaciones de la casa que alquilan en Iriondo 4249.
El próximo viernes 21 de diciembre, en la plaza que dio origen a esta biblioteca se desarrollará una feria solidaria donde se exhibirán los trabajos de diferentes artesanos y artistas de la zona. Habrá música, baile y también funcionará un servicio de buffet a total beneficio de las “mujeres de la plaza”, con el fin de poder «comprar la membranas que nos permitan arreglar el techo y evitar que nos entre agua cada vez que llueve” compartió Elda.
La referente de este espacio hizo extensiva la invitación a todos aquellos que quieran colaborar con este espacio que ya ocupa un lugar de relevancia para el barrio Alvear. “Invitamos a todos los que se quieran acercar, a partir de las 19.30, hasta la plaza de Garibaldi e Iriondo a compartir una tardecita sin importar colores o banderas políticas», y explicó que lo hace de esa manera porque entiende que “a quien realmente tenemos que enfrentar es a este modelo neoliberal que tanto afecta a nuestro barrio. Además, si nos excluimos entre nosotros van a venir por lo poco que nos queda. No podemos permitir que nos roben la alegría de juntarnos”.
Para Elda, el encuentro del próximo viernes tiene intenciones de ser un cierre de año, pero también es otra forma de “trabajar el potencial que tiene el barrio y fortalecer lazos como la solidaridad y la posibilidad del encuentro con el otro». Durante el evento se entregarán los certificados a todas las personas que han logrado capacitarse gracias a los diferentes cursos que se han desarrollado durante el año en la biblioteca.
“Siempre hacemos un cierre anual de actividades, pero este año es especial porque hemos terminado un taller de cerrajería totalmente gratuito donde capacitamos a varias personas del barrio. De alguna manera, van a poder defenderse frente a esta situación de crisis que vivimos todos», dijo Pedraza.
No fue la única de las capacitaciones que llevaron adelante. También se realizaron cursos de manicura y peluquería totalmente gratuitos, «donde la gente que participó se llevó los mismos conocimientos que se dictan en cualquiera de los cursos donde es necesario pagar”, detalló Elda, y agregó: «Estamos felices porque pudimos brindar herramientas para que las personas puedan cambiar el modo en el que viven».
«También tenemos actividades para chicos porque creemos que las transformaciones se deben hacer desde la temprana niñez y por eso trabajamos acerca de derechos y valores», relató Elda al referirse al espacio donde se brinda apoyo escolar y talleres de arte, pero donde también, a partir de este año, necesitaron ofrecer una copa de leche frente a las necesidades que observaban en los chicos que asistían.
«A los que vienen a la mañana, primero les damos un desayuno antes de comenzar con las actividades. Y a aquellos que vienen a la tarde, les damos la merienda», explicó Elda y amplió: «Acompañamos a las familias con estos refuerzos alimenticios. Es un trabajo que hacemos en conjunto con el centro de salud del barrio y la escuela para poder hacer un seguimiento de cada uno de los casos. Es una forma de asistencialismo, pero con un propósito transformador porque apelamos a que los chicos continúan sus estudios».