Cientos de personas se agolpaban este domingo en el complejo de la catedral de San José, la principal de Abu Dabi, para conseguir una entrada a la misa que el Papa oficiará el martes en la capital de Emiratos Árabes Unidos, la única en el primer viaje de un pontífice a la península arábiga, donde predomina el Islam.
En un primer momento, los fieles tuvieron que pedir su entrada por Internet y pasar un proceso para estar entre los presentes, pero estas últimas plazas se estaban repartiendo en forma aleatoria entre quienes aguardaban pacientemente incluso bajo la lluvia de esta mañana, inusual para ese país desértico del golfo Pérsico.
«Estas personas han venido ahora, después de saber que tendrán vacaciones el próximo martes», explicó a Efe Oliver, un voluntario de la catedral de San José procedente de la India y que ayudaba en la organización del evento.
Aseguró que muchos feligreses no habían solicitado su entrada aún porque «no podían ausentarse de sus puestos de trabajo», pero las autoridades emiratíes anunciaron hace pocos días que el 5 de febrero será festivo para aquellos que acudan a la misa que Francisco dará en el estadio Zayed de Abu Dabi ante unas 135.000 personas.
Los fieles serán trasladados hasta el estadio en más de 2.000 autobuses proporcionados por el Gobierno local, que invitó al Papa a acudir a un país donde hay cerca de un millón de cristianos, la gran mayoría extranjeros que residen y trabajan en EAU.
Las comunidades católicas locales más numerosas son la filipina y la india.