Cientos de peregrinos celebraron la Pascua este domingo en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, lugar donde según la tradición cristiana resucitó Jesucristo.
El Domingo de Pascua, que conmemora el milagro de la resurrección de Cristo, se celebró por el rito latino. Los cristianos ortodoxos lo festejarán el 28 de abril.
«Que nuestros miedos puedan apagarse por el testimonio del Resucitado», deseó Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén durante la misa que celebró frente a la tumba de Jesús.
Refiriéndose a la situación general en el mundo, el prelado pidió a los fieles que mantengan la esperanza que simboliza la resurrección de Cristo.
El arzobispo no hizo ninguna referencia durante la misa matutina a los atentados en iglesias católicas y hoteles que enlutaron esta mañana Sri Lanka, pero la Iglesia católica en Tierra Santa condenó estos ataques en un comunicado y expresó su solidaridad a los esrilanqueses.
La tradición cristiana sitúa en el Santo Sepulcro los últimos episodios de la Pasión de Cristo, su crucifixión, su muerte y su resurrección en la mañana de Pascua.
Las celebraciones se llevan a cabo según un estricto calendario para evitar fricciones entre las diferentes iglesias cristianas (ortodoxa griega, católica romana, apostólica armenia, copta, ortodoxa siríaca y ortodoxa etíope) que se reparten cada rincón de la basílica.
Entre la muchedumbre compacta en torno al edículo que alberga la supuesta tumba de Cristo se mezclaban peregrinos ortodoxos que celebraban el Domingo de Ramos y católicos que salían de la misa de Pascua.
«¡Demasiada gente, no es muy espiritual!», lamentó Donatella Buhler, una mujer llegada de Suiza con sus hijos. «Es realmente diferente», consideró en cambio Matthew Novak, un peregrino polaco, «se puede sentir el espíritu de la religión».
El Santo Sepulcro se encuentra en la Ciudad Vieja en Jerusalén Este, la parte palestina de la ciudad ocupada y anexionada por Israel. Los cristianos palestinos son en su mayoría ortodoxos.