La Ley Nº 27.685 fue sancionada por el Congreso el 1 de septiembre y otorga beneficios fiscales a empresas que realicen inversiones en proyectos innovadores en esos sectores clave para la ciencia y la tecnología hasta el 31 de diciembre de 2034
Especialistas en nanociencias coincidieron en destacar el valor de la Ley de Promoción de la Biotecnología Moderna y Nanotecnología, promulgada el jueves pasado por el presidente Alberto Fernández, y aseguraron que «todo lo que implique financiamiento de ciencia es importante».
«Es una alegría porque todo lo que implique financiamiento de ciencia es importante», aseguró a Télam María Alejandra Molina, doctora en Ciencias Químicas y ganadora del Premio Estímulo 2022 de la Fundación Bunge y Born.
La Ley Nº 27.685 fue sancionada por el Congreso el 1 de septiembre y otorga beneficios fiscales a empresas que realicen inversiones en proyectos innovadores en esos sectores clave para la ciencia y la tecnología hasta el 31 de diciembre de 2034.
«Yo no podría haber sacado desarrollos si no tuviera muchos años de financiamiento en ciencia», dijo la investigadora independiente del Conicet.
La normativa contempla que quienes accedan al régimen de promoción puedan obtener beneficios de amortización acelerada del Impuesto a las Ganancias en una cuota, devolución anticipada del IVA y el otorgamiento de un bono de crédito fiscal correspondiente al 50% de los gastos pagados para contrataciones de servicios de investigación y desarrollo con instituciones del Sistema Público Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
«Lo interesante es que, si bien la ley está pensando los beneficios económicos para el sector privado, le piden a ese sector que incorpore a personas del sistema de ciencia nacional», agregó Molina.
Además, la iniciativa crea una Comisión Consultiva, integrada por las instituciones del Sistema Público Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, junto a otras entidades públicas y representantes del sector privado.
Para Molina, la nueva ley colabora con el desarrollo de las nanociencias en el país y, por otro lado, hace que «la sociedad hable de ciencia; eso es importante porque se tiene que saber lo que hacemos las y los científicos para poner en foco la importancia del financiamiento sostenido».
Por su parte, el investigador Galo Soler Illia consideró que la normativa «es muy interesante y tiene muy buenos incentivos».
«Va a contribuir a desarrollar los campos y creo también que hay que avanzar más en agilizar el trabajo entre el Estado y los privados para generar empresas de base tecnológica», aseguró el doctor en Ciencias Químicas y ganador del Premio de la Fundación Bunge y Born de este año por su trayectoria en nanociencias.
«Me parece importante mejorar la participación de los investigadores tanto universitarios como del Conicet en la generación de nuevas empresas para que sea virtuoso», agregó Soler Illia.
La norma también da origen al Registro Nacional para la Promoción de la Nanotecnología que se suma al Registro Nacional para la Promoción de la Biotecnología Moderna.
De acuerdo con datos de la Fundación Argentina de Nanotecnología, en esta disciplina se desempeñan en el país 2.090 investigadores, 718 becarios, 91 institutos y 73 empresas de articulación sectorial.