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Científicos argentinos desarrollan un pesticida biológico amigable con el medio ambiente


Se trata de una iniciativa que busca mantener a salvo a los productores de los devastadores efectos de las plagas, pero sin afectar al medioambiente ni a la salud humana.

Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata diseñaron un pesticida biológico para plagas de interés global que afectan tanto a cultivos intensivos como extensivos, informó esa casa de estudios.

Se trata de una iniciativa que busca mantener a salvo a los productores de los devastadores efectos de las plagas, pero sin afectar al medioambiente ni a la salud humana.

El trabajo es fruto de un convenio entre la UNLP y la empresa Elytron Biotech S.A., dedicada al desarrollo de bioinsumos para la agroindustria.

El personal contratado por la empresa actualmente se encuentra trabajando en los laboratorios de microbiología y biología molecular del Instituto Spegazzini, en las nuevas instalaciones construidas en el predio de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la casa de estudios platense.

El desarrollo en el que se trabaja en los laboratorios de la UNLP ha demostrado ser eficaz contra lepidópteros, mosca blanca, pulgones y chinches, entre otras plagas dañinas para los cultivos.

Sebastián Pelizza, director del Instituto de Botánica Carlos Spegazzini, y Ana Clara Scorsetti, investigadora también de Instituto, explicaron que «el pesticida actúa por contacto sobre el insecto plaga y en menor medida por ingestión del principio activo, que son los conidios del hongo entomopatógeno».

Detallaron que el proceso de investigación comenzó con una exhaustiva búsqueda de nuevas cepas nativas de hongos entomopatógenos aisladas a partir de las principales especies de insectos plaga de cultivos, tanto agrícolas como hortícolas del país.

Posteriormente se pasó a la etapa de laboratorio, en la cual la cepa es aislada, identificada y caracterizada según los aspectos más relevantes para su actividad insecticida. Por ejemplo, se evalúa su virulencia, su patogenicidad, y la determinación cuanti y cualitativa en lo que respecta a la actividad enzimática.

Superada esta instancia se seleccionaron las cepas que mostraron mejores resultados, que pasan a la siguiente fase, que consiste en un escalado piloto que será utilizado en pruebas experimentales a campo.

Destacaron que a diferencia de los pesticidas tradicionales, el control biológico no contamina ni afecta a otras especies de insectos ni animales.

«Otras de las grandes ventajas de este tipo de desarrollos es que permite incorporar soluciones eficaces para hacer frente a la creciente problemática de resistencias de las distintas plagas a los pesticidas que están en el mercado», agregó Pelizza.

La ecuación es tan simple como preocupante: a mayor resistencia de los insectos, se requiere más cantidad de pesticida y, consecuentemente, crece la contaminación ambiental y el riesgo para la salud.

En cuanto a su aplicación, destacaron que este insecticida biológico se puede esparcir sobre los cultivos de la misma manera y con la misma tecnología con que se aplican los insecticidas químicos de uso común; es decir, se pueden fumigar grandes extensiones de campo con avionetas o con pulverizadoras.