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China y EEUU están al borde de una guerra comercial que tendrá repercusiones mundiales


La amenaza de China sobre la imposición de aranceles a productos estadounidense se hizo hoy realidad a través de una resolución del Ministerio de Comercio del país asiático que gravará 128 artículos, lo que puede derivar en una guerra comercial con impacto en el comercio mundial.

La imposición de aranceles es una respuesta a los tasas que Washington impuso sobre las importaciones de acero (25%) y aluminio (15%) chinos, decisión que aumenta el riesgo de estallido de una guerra comercial, a la cual varios países de la Unión Europea ven como un factor de desequilibrio económico.

«Esperamos que Estados Unidos pueda cancelar estas medidas para que el comercio de productos entre China y Estados Unidos pueda volver a su vía normal», apuntó el ministerio chino en un comunicado difundido esta mañana a través de su página web.

El comunicado da cuenta que, a partir de hoy, arancelará con un 15% un conjunto de 120 productos procedentes de Estados Unidos, entre ellos frutas, frutos secos y vino, mientras que productos porcinos y relacionados tendrán un arancel del 25%, según consigna un despacho de la agencia EFE.

En el comunicado insiste en que las medidas estadounidenses son un «ataque grave» contra los principios de la OMC y una falta a «la no discriminación», que «es la base del sistema de comercio multilateral».

La decisión del ministerio chino se da luego de que en las últimas semanas, el Gobierno de ese país manifestara su deseo de que se calmen las aguas para evitar una guerra comercial que, en su opinión, dañaría a ambas partes.

Aunque la decisión estadounidense afecta a otros países, China es el que sale especialmente dañado ya que hasta ahora el presidente Donald Trump decidió dejar fuera a sus socios Canadá y México, a la Unión Europea (UE), Australia, Corea del Sur, Brasil y la Argentina.

No sólo China alzó la voz respecto a las imposiciones arancelarias; hoy, la Confederación de la Industria Alemana (BDI) acusó al gobierno de Estados Unidos de debilitar intencionadamente a la Organización Mundial del Comercio (OMC) con la imposición unilateral de derechos aduaneros y aranceles de corte proteccionista.

«Con el bloqueo imprudente del arbitraje de la OMC, las dudosas amenazas de una imposición de derechos aduaneros y llamados aranceles proteccionistas, el Gobierno estadounidense aboca al abismo el sistema reglamentado de comercio multilateral», advirtió Dieter Kempf, presidente de la BDI.

Kempf sostuvo que es el organismo multilateral quien debe garantizar el cumplimiento de las normas «en igualdad de condiciones» y que no se debe recurrir a medidas proteccionistas aisladas.

A los reclamos alemanes se suman las advertencias hechas por Luis Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), durante la reunión anual realizada recientemente en Mendoza.

«Fue una de las preocupaciones de esta mañana mientras mirábamos el informe macroeconómico, algunos gobernadores levantaron este tema», había dicho Moreno ante la potencial escalada de una guerra comercial entre ambos países.

También advirtió sobre el posible impacto que esa guerra pueda tener en la actividad económica de Latinoamérica, ya que «en esta región del mundo, sobre todo los países más pequeños, necesitan crecer sus economías por la vía del comercio exterior».

La OMC observa con atención y cautela las primeras consecuencias de la decisión de Estados Unidos de restringir el comercio del acero y el aluminio mediante el alza de aranceles que afecta directamente al país asiático.

La organización se mantiene atenta al rumbo de los acontecimientos y a la decisión de alguno de sus países miembros de denunciar la medida estadounidense ante su Órgano de Solución de Disputas.

China fue en los últimos años el más importante proveedor de acero de EEUU, al representar el 33,7% de esas importaciones y podría abrirle un proceso, al ser las subas de aranceles autorizadas por el presidente estadounidense Donald Trump, superiores a los aranceles máximos convenidos en el marco de los tratados que administra la OMC.

El proteccionismo fue una de las promesas de la campaña de Donald Trump, quien ha asegurado en las últimas semanas que no tiene miedo a «la guerra comercial» ya que estas batallas son «buenas» y «fáciles de ganar».

Estados Unidos ganó los 19 casos que dirimió con China, en su mayoría por medidas antidumping.