Unos 7 millones de agentes del censo empezaron a recolectar datos el domingo y la operación proseguirá durante dos meses
Millones de agentes realizaban hoy un censo en China, el país más poblado del mundo, que debe revelar si el abandono de la política del «hijo único» ha permitido un aumento de nacimientos. Esta gigantesca operación se efectúa cada diez años, pero por primera vez, los chinos podrán transmitir sus informaciones a través de una aplicación móvil para facilitar el tratamiento de los datos.
Según el precedente censo, realizado en 2010, la población china era de 1.339.724.852 personas. El aumento desde el año 2000 (+5,83%) había sido de más de 73 millones de habitantes, más que la población de Francia.
Unos 7 millones de agentes del censo empezaron a recolectar datos ayer. La operación proseguirá durante dos meses, desde los lujosos rascacielos de la oriental ciudad de Shanghái hasta los más apartados pueblos en las montañas del Tíbet, en el suroeste de China, informó la agencia de noticias AFP.
El análisis de los resultados podría tardar dos años, según se anticipó. Uno de los principales objetivos es determinar si el fin de la política del «hijo único» ha permitido un aumento significativo de la población.
La limitación de los nacimientos fue lanzada al final de los ’70, en un contexto de fuerte crecimiento demográfico, y cuando la norma eran las familias numerosas. Sin embargo, China decidió en 2015 autorizar a las parejas a tener dos hijos, pues la población envejecía y existía una creciente falta de mano de obra.
Este cambio no se ha traducido, sin embargo, en un aluvión de nacimientos sino más bien lo contrario. La tasa de natalidad el año pasado era incluso la más baja desde la fundación de la República Popular en 1949, pues con el aumento del coste de la vida las parejas son reacias a tener hijos.
Según estimaciones del gobierno, este censo debería revelar una población de 1.420 millones de habitantes, +5,99% en 10 años. Un instituto de investigación chino publicó en octubre pasado un estudio, muy comentado en el país, que consideraba esta previsión demasiado optimista y abogaba por autorizar tres hijos por pareja.
Muchos chinos entienden que el verdadero freno a los nacimientos es la ausencia de apoyo público ante el coste de la vida y de las escuelas. Los expertos estiman que serán necesarios 15 años para ver los efectos de la política de los «dos niños».
Otros factores vienen a limitar los nacimientos, especialmente los estudios más largos de las mujeres y su deseo de tener un hijo más tarde. Además de suministrar información personal a los agentes, muchos chinos deberán someter sus datos a través de una aplicación móvil, que suscita polémica en un país donde es creciente el debate sobre la protección de los datos personales.
La Oficina Nacional de Estadísticas (BNS), que supervisa el censo, prometió que todos los datos reunidos se mantendrán confidenciales y no serán usados con otros fines. El gobierno reveló esta semana un proyecto de ley sobre la protección de datos que prevé penas mayores para los infractores.