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China quiere garantizar gobernantes «patriotas» en Hong Kong


Xia Baolong: "Ser patriota significa amar la República Popular de China", precisó en una versión escrita de su discurso, publicada por la Oficina de asuntos de Hong Kong y Macao

China quiere asegurarse de que solo los «patriotas» puedan presentarse a las elecciones en Hong Kong, según declaró hoy un responsable del Gobierno central, en un contexto de creciente influencia de Beijing en la política local del territorio semiautónomo.

Los comentarios de Xia Baolong, director de la Oficina de asuntos de Hong Kong y Macao, se produjeron a menos de dos semanas de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el parlamento chino, en Beijing, que podría traer nuevas medidas para reforzar el control del territorio tras haber impuesto, el año pasado, una ley sobre seguridad nacional.

«La aplicación del principio de que los patriotas deben gobernar Hong Kong requiere varias medidas simultáneas. La principal y más urgente es perfeccionar el sistema y, en particular, perfeccionar sin demora el sistema electoral», declaró Xia Baolong.

«Ser patriota significa amar la República Popular de China», precisó en una versión escrita de su discurso, publicada por la Oficina de asuntos de Hong Kong y Macao.

Hong Kong, con 7 millones de habitantes, no ha gozado nunca de una democracia plena, ni bajo el Gobierno británico ni desde que fuera retrocedido a China, en 1997.

Tras las grandes manifestaciones prodemocracia de 2019, a menudo violentas, y la victoria aplastante de los candidatos de la oposición en las elecciones de distrito, Pekín respondió con firmeza.

En mayo de 2020, la ANP, en manos del Partido Comunista Chino (PCC), impuso una ley sobre la seguridad nacional que contribuyó a amordazar a numerosas figuras de la oposición hongkonesa.

Hoy, Xia Baolong pidió que se «llenen las lagunas jurídicas» del sistema electoral para evitar la presencia de candidatos «anti-China», lo que hace pensar en una posible reforma electoral.

El año pasado, la excolonia británica vivió su peor crisis política desde su retrocesión a Beijing en 1997, con protestas casi diarias para denunciar la influencia de China en la región semiautónoma y en especial cambios en las reglas para que una persona pueda ser candidato a la Legislatura local.

A pesar de la magnitud de la movilización, con manifestaciones de más de 1 millón de personas, el ejecutivo de Hong Kong, alineado con Beijing, no hizo ninguna concesión sobre la cuestión crucial del sistema de votación, y las autoridades respondieron con una fuerte represión contra el movimiento prodemocracia.

La Declaración Sino-Británica de 1984, que sirvió para acordar la devolución de Hong Kong de manos británicas a chinas en 1997, estableció el mantenimiento durante 50 años a partir de esa fecha de una serie de libertades en este territorio inimaginables en la China continental.