El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó ayer una ley que prohíbe el ingreso al país de de una amplia gama de productos de la Región Autónoma de Xinjiang
China se manifestó hoy en contra de la ley promulgada por Estados Unidos que prohíbe importaciones desde la provincia de Xinjiang, ante acusaciones de que allí se impone trabajo forzado a la minoría uigur, y señaló que Washington «desprecia los hechos» y realiza «una burda injerencia en los asuntos internos» del gigante asiático.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó ayer una ley que prohíbe el ingreso al país de de una amplia gama de productos de la Región Autónoma de Xinjiang, en el noroeste del país, y estipuló imponer sanciones a los responsables en ese territorio chino.
«Ese documento desprecia los hechos, denigra premeditadamente la situación en materia de derechos humanos en Xinjiang, viola seriamente el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales y representa en sí una burda injerencia en los asuntos internos de China», declaró la Cancillería china, según informó la agencia de noticias Sputnik.
«Instamos a Estados Unidos corregir sin demora sus errores y dejar de usar los asuntos vinculados con Xinjiang para difundir mentiras, inmiscuirse en los asuntos internos de China e intentar detener el desarrollo del país», agregó la Cancillería.
Un grupo de países occidentales acusan a Beijing de encerrar a los uigures, una comunidad predominantemente musulmana y de habla turca en el oeste de China, en grandes campos de trabajo.
Las autoridades estadounidenses afirmaron que el proceder chino con respecto a los uigures podría calificarse como «genocidio». Beijing rechazó categóricamente esa acusación.
La Cancillería china precisó que Estados Unidos en más de una ocasión usó a Xinjiang para fabricar rumores y provocar incidentes y – bajo el pretexto de velar por los derechos humanos- se dedicó a las manipulaciones políticas y la persecución económica, intentando minar la estabilidad y la prosperidad de Xinjiang y detener el desarrollo de China.
«Queremos volver a subrayar que Xinjiang es en exclusiva un asunto interno de China», resaltó Cancillería.
El texto agregó que «la decisión del Gobierno y del pueblo de China de defender su soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo es inquebrantable».
Además, advirtió que Beijing reaccionará de acuerdo con el desarrollo de la situación.
La ley, que entró en vigencia ayer tras la firma de Biden, ya había sido aprobada por unanimidad del Senado estadounidense el 16 de diciembre.
Al firmar el texto, el mandatario agradeció al senador republicano por Florida Marco Rubio, uno de los autores del proyecto de ley.
La norma fue adoptada pese a una campaña de lobby de empresas que argumentaron que la medida dificultará las cadenas de suministro globales, ya muy presionadas por la pandemia de coronavirus.